El mercado teme que el presidente se esté alejando de la agenda liberal que prometió en la campaña electoral de 2018, luego se aumentar los impuestos a los bancos y a los productores químicos.
Las acciones y la moneda de Brasil cayeron fuerte este martes después de la decisión del gobierno de Jair Bolsonaro de subir algunos impuestos sensibles. Los inversores temen que el presidente se esté alejando de la agenda liberal que prometió en la campaña electoral de 2018.
En un comunicado a última hora de la noche del lunes, la oficina del presidente anunció sus planes de aumentar el impuesto sobre la renta para los bancos al 25% desde el 20% del 1 de julio al 31 de diciembre.
El gobierno también planea eliminar un régimen fiscal especial para los productores de productos químicos como Braskem SA, cuyas acciones cayeron casi un 4%.
Esas subidas de impuestos compensan parcialmente los decretos de Bolsonaro para llevar a cero los impuestos federales PIS/Cofins sobre el gasóleo durante dos meses y el gas de cocina de forma indefinida. El mes pasado, Bolsonaro prometió reducir los costos de los combustibles cuando los camioneros amenazaron con una huelga por el aumento de los precios.
En ese marco, el dólar ascendió 1,2% frente al real, enviando a la moneda brasileña a un mínimo de tres meses a pesar de que el banco central subastó más de u$s2.000 millones en el mercado al contado. De esta manera, la moneda del país vecino acumuló una pérdida frente al dólar de casi 5% en 4 días y en torno al 9% en 2021.
No obstante, el índice de acciones Bovespa logró voltear las pérdidas, que llegaron hasta el 2,7% en la mañana, y terminó con alza de un 1,2%.
Muchos inversores interpretaron el repentino cambio en la política tributaria como una señal de que Bolsonaro ha dado la espalda a las promesas de libre mercado de su campaña de 2018, mientras sus números en las encuestas caen antes de la carrera por la reelección del próximo año.
«Por primera vez, estoy empezando a perder la fe y a sentirme incómodo», dijo Dan Kawa, analista de TAG Investimentos, en una nota a los clientes. «Espero que se detengan aquí, pero las señales son que el liberalismo económico ha sido dejado de lado y el populismo está ganando terreno en la agenda (política)».
Los mercados financieros de Brasil comenzaron a mostrar mayor volatilidad el mes pasado, cuando Bolsonaro destituyó al presidente ejecutivo de la petrolera estatal Petrobras por subir los precios de los combustibles.
Roberto Castello Branco, el presidente ejecutivo saliente de Petrobras, se había comprometido a seguir las tendencias de los mercados mundiales del petróleo, y su despido asustó a los inversores que temen un regreso de la interferencia del gobierno en la empresa más importante de Brasil y en la economía.
El ministro de Economía, Paulo Guedes, aliado de Castello Branco y firme defensor de una ortodoxia liberal, guardó un llamativo silencio durante el episodio, lo que sugiere que su influencia ha disminuido.
«Esta decisión genera incertidumbre institucional», afirmó Paloma Brum, economista de Toro Investimentos, en relación con el repentino cambio de régimen fiscal. «En el contexto de una crisis económica, genera incertidumbre sobre si el Gobierno seguirá realmente una agenda liberal».
(Fuente Ámbito)