PASO 2021: el reflejo invertido de los aciertos de 2019

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Suscribir la derrota electoral del oficialismo a la debacle económica que significó una pandemiaen el contexto de una economía que no crece sostenidamente hace más de una década, debiera serel primer capítulo del análisis post electoral.  Para no detenerse a mitad de camino, la amplia ventaja obtenida por el frente Juntos por el Cambio debe analizarse a partir aciertos propios y errores ajenos en la confección de estrategias electorales  y la elección de los planos discursivos que sobrevolaron la campaña

El triunfo de fuerzas opositorasen una elección intermediasería lo habitual, más aún en tiempos de vacas flacas y virus de alta transmisibilidad. No obstante, la oposición no solo supo capitalizar la apatía proveniente de la pérdida del salario real, la cuarentena y los colegios cerrados. A su vez, el triunfo deCambiemosdebe entenderse en el marco de una estrategia electoral que capitalizó los beneficios institucionales que otorgan las PASO.

Esto le permitió a la oposición aglutinar fuerzas, sectores y candidatos que hubieran dispersado el voto en caso de impedir la competencia y la integración futura de listas.

En cambio, el Frente de Todos, verticalizó la definición de la listas, limitandola competencia electoral.  De esta manera la unidad y equilibrio de fuerzas que garantizó el triunfo en 2019, pasó a ser una unidad impuesta, que desnaturalizó el equilibrio y desmotorizó el movimiento de las fuerzas políticas de la colación, a su vez que eliminó las posibilidades de captar votos fuera de los márgenes filo peronistas.

Esta diferencia de estrategias entre la apertura de fronteras de la oposición hacia la competencia, y la unidad impuesta y cerrada del oficialismo,tuvo su correlato en el armado discursivo.

Si bien hace muchos años las campañas electorales se encuentran vacías de contenido y plataforma, el plano discursivo en el que se posicionaron el Frente de Todos y Juntos por el Cambiofueron inversas.  Mientras que la oposición se centró en el futuro, el oficialismo se ubicó en el pasado.

Así, a la apatía de la crisis económica, el gobierno introdujo en sus discursos la  incertidumbre: el relato versaba sobre las vacunas alcanzadas, la tarjeta alimentar, ATP y REPRO, y el pasado macrista. Todas realidades que habilitan un manto polémico sobre su efectividad, además que atañen a una realidad con la que la sociedad convive a diario, que no necesita ser explicada, ni menos aúnrecordada.

En vez de ser historiadores de lo obvio y ahondar en lo que no debería recordarse, las premisas que faltaron son aquellas que den respuesta a interrogantes como ¿cuáles el plan económico/impositivo/crediticio que permita  reactivar el sector de pymes azotadas por la pandemia, una vez acabada la misma? ¿Cómo se va a combatir el aumento de la inflación y la pérdida de poder adquisitivo de los sectores medido y medios bajos? ¿Cómo avanzar en una reforma educativa? ¿Cuál es el plan para atacar la crisis de habitacional?, entre otros.

Por su parte, desde la comodidad del rol opositor, Juntos por el Cambio se ubicó en el plano futuro. Un porvenir que sin dudas incierto, pero que bajo la simple promesa de seguridad, justica y orden al menos ofrece vislumbrar el porvenir, sin recaer en el pasado.

En la política los discursos definen los interlocutores. He aquí la diferencia de los planos discursivos: uno hacia adentro y hacia atrás (que refuerza las consignas de los ya convencidos); el otro hacia afuera y hacia delante (que atrae a los indefinidos e indecisos).

Que el gobierno haya perdido las elecciones no es el nuevo fenómeno (castigar al gobierno de turno es parte de las consecuencias de la crisis). El fenómeno que dejaron las PASOes que el peronismo unido perdió votos propios. Los 16 puntos menos que obtuvo la coalición en relación a en 2019, demuestran que el bloque peronista penetro su piso natural.

Esto puede ser explicado en la desnaturalización del equilibrio de fuerzas de la coalición, equilibrio que había permitido el triunfo hace dos años. Si las fuerzas no se reordenan en términos de su poder geográfico y electoral,y en su capacidad de maniobra, van a continuar su lógica centrifuga, y fugando fuerzas, candidatos, y electores hacia otras opciones.

Por su parte, Juntos por el Cambio tomó nota de las virtudes del Frente en 2019, y las utilizó. Apertura, competencia/negociación, unión y triunfo. Quien no hizo los deberes fue su contrincante, que dejó en el pasado no solo sus discursos, sino sus propios aciertos. 

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