El año pasado, renunció a participar en los relevos de la antorcha olímpica de los Juegos de Tokio 2020 debido al incremento de los casos de Covid-19 en su país.
Hoy, Tanaka reside en un asilo de ancianos en Higashi-ku, prefectura de Fukuoka, todavía goza de buena salud y pasa su tiempo jugando a Otelo y dando pequeños paseos por los pasillos de la instalación.
«Desde que llegué aquí, no tengo más remedio que trabajar duro, haré lo mejor que pueda!», dijo en una entrevista con una televisión japonesa. Sus pasatiempos incluyen la caligrafía y el cálculo.
Se alimenta de arroz, pescado y sopa, además de beber mucha agua, dieta que sigue desde los 112 años. Todavía tiene un gran apetito, le encantan los dulces y bebe tres latas al día de café enlatado, bebidas nutritivas y refrescos. Dormir profundamente es su secreto de longevidad.
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