Aunque fue una de las economías menos afectadas de la región, por la pandemia Brasil sufrió una de sus peores retracciones en décadas (-4,1%). Sin embargo, las ambiciosas inyecciones de estímulo fiscal -especialmente los bonos de emergencia, que implicaron una inversión de u$s 56,5 mil millones o el 4,5% de PBI– lograron suavizar el impacto.
Según el Instituto de Geografía y Estadística (IBGE) de Brasil, se trata de la peor caída desde 1996, superando incluso el terremoto del Lava Jato en 2015. Una serie más larga, elaborada por el IBGE y el Ipea (Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas), estima que se trata de la mayor contracción desde 1990 (-4,3%), cuando se desató el ‘efecto caipirinha’.
No obstante, el fuerte estímulo fiscal -especialmente el auxilio de emergencia, popularmente conocido como ‘coronavouchers’ que benefició a unas 66 millones de personas y provocó una reducción del 23% de la pobreza- impidió que la contracción se situara en niveles más altos, como pasó con la Argentina (10%), Perú (11,1%) o México (8,5%), entre otros.
Pero la actividad económica todavía se mantiene 1,2% por debajo de los niveles pre-pandemia, aunque los datos del último trimestre de 2020 muestran un alza del 3,2%. La expansión estuvo marcada por aumentos del 2,7% y 1,9% en servicios (que representa el 60% del PBI) e industria, respectivamente; inversión fija de empresas (20%); y el consumo 3,4%.
Sin embargo, se observa un menor ritmo respecto al tercer trimestre cuando la economía rebotó a una tasa del 7,7%, previo a una fuerte caída. La desaceleración estuvo marcada, en parte, por el recorte de los ‘coronavouchers’ que en agosto se redujeron de 600 a 300 reales ( u$s 106 a u$s 53). Si bien en diciembre el gobierno había decidió terminar con la asistencia de emergencia, ahora está preparando un nuevo bono de menor monto (250 reales o u$s 45) y por un plazo más acotado de cuatro meses.
No obstante, el aumento de la inflación y el recrudecimiento de los casos de Covid-19 en las últimas semanas, puede complicar el escenario económico de Brasil. De hecho, el ministro de Economía, Paulo Guedes, debió reducir su proyección de crecimiento de 4% a 3,5% para este 2021.
(Fuente: El cronista)