La brecha entre el solidario y el paralelo su ubica en poco menos de $5, mientras que ya van 7 jornadas consecutivas en las que el dólar ahorro cotiza por debajo del billete informal.
La diferencia entre ambas cotizaciones llegó a superar los $23 el pasado 7 de abril, en favor del solidario, cuando operó en $162,01, mientras el blue cotizó en $139.
Dólar mayorista
El dólar mayorista subió tres centavos a $95,94, bajo la estricta regulación del Banco Central, que terminó la rueda con un saldo comprador de casi u$s40 millones.
Así, en los primeros cinco días hábiles de julio, acumuló casi u$s375 millones, es decir, unos u$s220 millones más (+145%) que en el mismo lapso de junio.
Dólar CCL
Después de superar los $170 en forma intradiaria, el dólar «contado con liqui» moderó su avance a un 0,1% (22 centavos) para culminar la rueda en los $167,04. Aun así, la brecha versus el dólar oficial mayorista alcanzó su valor más alto desde el 6 de junio al trepar hasta el 74,1%.
Dólar MEP
En tanto, el dólar MEP o Bolsa registró el mismo acotado ascenso que el CCL y alcanzó los $166,20, precio que dejó un spread del 73,2% frente a la cotización oficial.
Dólar blue
El dólar blue acumuló 12 días hábiles consecutivos siendo el dólar más caro del mercado, tras superar al solidario y a los dólares bursátiles. La brecha con el oficial mayorista se ubicó en el 79,3%, después de alcanzar hace más de una semana un máximo en meses (82%).
Este miércoles el billete paralelo trepó $1 hasta los $172, según un relevamiento de Ámbito en cuevas de la Ciudad de Buenos Aires.
Entre los factores que explican el resurgir del precio del blue, aparecen, según analistas: el pago del aguinaldo, el reintegro del Impuesto a las Ganancias (los trabajadores lo comienzan a cobrar en julio en forma mensual hasta noviembre), y la entrada en vigencia o reajustes de algunos acuerdos paritarios.
Todo esto, además, es potenciado por una previsible mayor dolarización de ahorros, en la recta final hacia las PASO legislativas del próximo 12 de septiembre, pero tampoco debe soslayarse la expectativa de una mayor emisión monetaria futura, esperada en la previa de cada contienda electoral.