A 90 años de la condena contra Al Capone, el gánster más tristemente célebre de EEUU

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Según un ensayo de 1964 de la escritora Deirdre Bair, era un hombre despiadado para los ne­gocios, humano y sensible para los asuntos familiares y, a diferencia de otros mafiosos neoyorquinos, ni siquiera era racista.

En aquellos días en los que el Gobierno estadounidense imponía la «Ley seca» comenzaron a proliferar tabernas, clubes y prostíbulos clandestinos donde se podía consumir alcohol, controlados por bandas de contrabandistas y «jazzmen» (muchos de ellos negros), que gozaban de la simpatía de Capone y de su hermano Ralph.

El capo mafioso era llamado «Scarface» (caracortada) por unas cicatrices que tenía en el lado izquierdo de la cara. Nació el 17 de enero de 1899 en Brooklyn, Nueva York, en el seno de una familia de inmigrantes italianos.

Abandonó la escuela después del sexto año de primaria y entró a la pandilla de los James Street Boys, que encabezaba el mafioso italoestadonidense Johnny Torrio.

Cuando se retiró del negocio de los burdeles, Capone se convirtió en el zar del contrabando de licores, la prostitución y los negocios ilícitos del juego en Chicago. Y para ampliar su territorio, no dudo en asesinar los líderes de otras pandillas.

El caso más famoso de aquellos años fue la matanza del Día de San Valentín (día de los enamorados), sucedida el 14 de febrero de 1929 cuando siete miembros de la banda de George Clarence «Bugs» Moran, un contrabandista de alcohol ilegal, fueron ametrallados dentro de un garaje.

Según algunas crónicas, Moran se salvó de morir asesinado, ya que el mafioso llegó tarde a la cita y vio desde lejos cómo mataban a los integrantes de su banda.

Si bien Capone fue acusado de aquellos crímenes, se defendió diciendo que se encontraba en Miami al producirse los asesinatos.

Tras ser responsabilizado por al menos 200 asesinatos de aquellos años terribles, se convirtió en el enemigo número uno de Estados Unidos. Pero el pandillero tenía siempre comprado a los jueces, a los testigos y a la policía.

El 17 de octubre de 1931, fue condenado a 11 años de prisión y a pagar 50.000 dólares de multa por fraude fiscal, por ser acusado de cinco cargos, por lo que fue alojado en una cárcel de Atlanta en 1932. Posteriormente fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad de la isla de Alcatraz donde su salud se deterioró.

En esa prisión, Capone formó un trío musical con otros presos, tocando el banjo, un instrumento afroamericano, aunque recaló finalmente en la mandolina, según informes del diario español El País.

En aquellos años, el mafioso más famoso de todos los tiempos admiraba al gran cantante de ópera italiano Enrico Caruso, aunque también le gustaba el jazz.

En 1939 recuperó su libertad, pero tenía problemas para caminar y comunicarse ya que sufría de paresis, una etapa avanzada de la sífilis.

Alejado de toda actividad vinculada con la mafia, Capone murió de neumonía el 21 de enero de 1947 con 48 años, debido a un derrame cerebral, en su casa de Miami, Florida en 1947.

«Los que solo lo conocen por la prensa nunca comprenderán que es un hombre real», dijo su hermana Mafalda en 1929.

Fuente: www.ambito.com

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