La gravedad del impacto económico dependerá de la peligrosidad que demuestre la nueva variante, de la cobertura de vacunación de la población mundial y de la resistencia de la cepa a las vacunas disponibles (ver nota aparte).
No obstante, desde el escenario más favorable a las hipótesis más sombrías, los economistas ya están revisando a la baja todas las previsiones para 2022.
Previsiones
El Fondo Monetario Internacional (FMI) señala desde hace meses que el covid-19 sigue siendo el principal factor de riesgo para la economía mundial y exhorta a acelerar la vacunación. En octubre, esperaba un crecimiento de 4,9% para el próximo año.
El impacto económico podría ser “modesto”, en el orden de 0,25 puntos porcentuales sobre el crecimiento mundial, si la ómicron provocara “síntomas relativamente moderados” y las vacunas fueran “eficaces”, subrayó Gregory Daco, economista jefe en Oxford Economics.
En el peor escenario, en el que la variante se torne extremadamente letal y obligue a confinar a buena parte de la población mundial, el crecimiento estimado para 2022 podría reducirse a 2,3% contra el 4,5% estimado inicialmente por Oxford Economics. Incluso en ese escenario, no es seguro que los gobiernos que destinaron miles de millones de dólares en ayudas desde el inicio de la pandemia estén dispuestos a tomar nuevas medidas de estímulo fiscal, especialmente si las vacunas están disponibles, observó Daco.
“Estos aspectos serán claves para determinar en que medida esto afectará la economía mundial y el comportamiento de las personas”, subrayó por su parte Erik Lundh, economista del Conference Board.
Autopreservación
Más allá de las medidas que tomen los gobiernos, el miedo a infectarse podría llevar a muchas personas a autoimponerse restricciones para viajar o salir a cenar, por ejemplo, reduciendo el riesgo de contagio, pero también el consumo, y afectando al crecimiento, agregó el especialista.
Otro peligro sería la exacerbación de los problemas en las cadenas mundiales de suministro y las presiones inflacionarias. Esto es así porque “una gran parte del transporte aéreo pasa por vuelos que transportan pasajeros”, recuerda Erik Lundh. “Si hay cancelaciones de vuelos, una interrupción en la demanda de vuelos comerciales para pasajeros, se corre el riesgo de que se limiten los fletes aéreos”, dijo. Además, una ola de infecciones por ómicron “podría hacer que algunos trabajadores dejen temporalmente la fuerza laboral y disuadir a otros de regresar, exacerbando la actual escasez de mano de obra”, comentó Neil Shearing, economista jefe de Capital Economics, en una nota.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sostuvo el lunes que “no hay razón para entrar en pánico”, aún si el país fue puesto en “alerta temprana”.
Finanzas
La amenaza de una nueva variante potencialmente más grave complicaría la tarea de los bancos centrales, que podrían “posponer sus planes de subir las tasas de interés hasta que la situación sea más clara”, señaló Shearing.
La Reserva Federal (Fed) se reunirá el 15 de diciembre, y varias otros, incluidos el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra, al día siguiente.
Mientras tanto, “la incertidumbre será perjudicial”, señaló Gregory Daco. “Cada vez que regresa el clima de incertidumbre y miedo, se frena la recuperación de la economía mundial”, añadió.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, advirtió que ómicron es un riesgo para la economía estadounidense, uno de los motores junto con China y Europa de la actividad global.
Fuente: www.ambito.com