El futuro del Gobierno de Alberto Fernández: los tres escenarios que evalúa el albertismo para después de las elecciones

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En la Casa Rosada y en el Frente de Todos hay resignación por una derrota, que podría ser peor que en las PASO. ¿Cómo imaginan el último tramo de dos años de mandato según cada caso?

El presidente Alberto Fernández viajó en la noche del jueves a Roma para participar de la Cumbre del G-20 para buscar apoyo internacional para un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, mientras que el jefe del Gabinete Juan Manzur recibirá este viernes a las 11 al secretario general de la CGT, Héctor Daer, en la Casa Rosada. Es un símbolo de lo que será el nuevo perfil de la gestión tras las elecciones del 14 de noviembre próximo.

En la Casa Rosada y en el Frente de Todos (FDT) sobrevuela la resignación: no hay chances de revertir la dura derrota de las PASO del 12 de septiembre, por 40 a 31%, y ya se manejan tres escenarios posibles.

Según pudo saber A24.com de altas fuentes oficiales, en el caso de que Juntos por el Cambio estire la ventaja que sacó en las PASO y profundice la derrota del FDT, hay grandes posibilidades de un nuevo recambio en el gabinete para afrontar los dos años que quedan hasta 2023. Resurgirán las recriminaciones cruzadas entre el peronismo y el kirchnerismo duro.

En el escenario de remontar tres o cuatro puntos, se consolidaría el elenco actual con Manzur como articulador de la futura gestión para revertir el resultado en 2023 con un cambio de expectativas de mejora en la economía en los dos años que quedan. Dicen que en ese caso, se fortalecerá el peronismo del interior y la CGT.

Más participación futura de los gobernadores y la CGT

En cualquier caso, sea una “derrota digna” o una “humillante”, el Presidente buscará redefinición del Frente de Todos, con más participación de los gobernadores, los intendentes y del movimiento obrero. Buscará de ese modo que el kirchnerismo ocupe un papel más equilibrado respecto del peronismo.

De estos temas se conversa en las principales mesas de la Casa Rosada. Los más altos funcionarios albertistas admiten que “la suerte está echada” y que la expectativa es una derrota igual o peor que la de septiembre. Todavía quedan algunas esperanzas de remontar tres o cuatro puntos, con lo cual podrían rediseñar los dos años que restan hasta 2023.

«Es posible un achicamiento de diferencias en la provincia. Chubut está díficil y en La Pampa hay más esperanza. Son las dos provincias donde se intentan recuperar senadores«, señaló una fuente a A24.com no muy convencida.

La pregunta del millón: ¿Qué hará Cristina Kirchner?

“La única novedad es que perdemos. Vamos a hacer lo posible para remontar pero los números dicen que será una derrota más o menos similar a la de las PASO”, dijo un funcionario vinculado al kirchnerismo puro. Aunque también, en voz más baja, admitió: “Tal vez sea por más diferencia, pero vamos a pelear”.

Un funcionario vinculado estrechamente a Alberto Fernández aseguró que en caso de un repunte de cuatro puntos “habrá que cerrar filas con los gobernadores, el peronismo en general y la CGT, donde Cristina Kirchner deberá quedar como lo que es, un miembro más del Frente de Todos, pero no el principal como le adjudican muchos”.

“Si hay una mayor derrota, es muy probable que se impongan más cambios de gabinete”, señaló ese funcionario.

¿Aceptará la vicepresidenta Cristina Kirchner un papel más relegado? Esa es la pregunta del millón porque ni siquiera los funcionarios de La Cámpora pueden arriesgar qué hará la ex presidenta. “Hay que igualar las cargas sin que haya preponderancias de unos sobre otros”, dicen en el ala albertista como expresión de deseos.

Alberto quiere acordar sí o sí con el Fondo

Más allá del discurso incendiario de Alberto Fernández sobre el FMI en el homenaje al ex presidente Néstor Kirchner en el estadio del Deportivo Morón, el Presidente cree imprescindible un acuerdo de renegociación de la deuda de 44.000 millones de dólares con el Fondo. Para eso viajó a Roma donde estará el fin de semana en el G-20, con una agenda de reuniones de primer nivel para buscar apoyo.

El discurso de Morón formó parte de la narrativa del Presidente. «Si todavía no cerramos el acuerdo con el FMI es porque no nos vamos a arrodillar por pagar una deuda». El homenaje a Kirchner fue completo: el ex presidente solía enarbolar banderas contra el Fondo hasta que en 2005 desembolsó 9800 millones de dólares de las reservas del Banco Central para cancelar toda la deuda con el organismo con el relato de la independencia económica de la Argentina para liberarse de las auditorías del FMI.

Un escenario similar manejan en el interior de la Casa Rosada. Después de las elecciones, cualquiera fuera el resultado, habrá que hacer cuatro o cinco acuerdos básicos con la oposición parlamentaria para despejar el camino hacia 2023: una de esas decisiones será el acuerdo con el Fondo.

«Hay que repensar las relaciones laborales», dijo un funcionario

La otra medida, de la cual se habla poco por ahora, será una recomposición de las leyes laborales para permitir la creación de empleo en un contexto de reactivación económica. Hay sectores tradicionales de la CGT que ya admiten que una reforma en las relaciones laborales tiene que haber.

“Hay que repensar las relaciones laborales, pero la palabra flexibilización no se puede utilizar. Habrá que encontrar otra palabra”, señaló un alto funcionario albertista a A24.com. Los convenios de los sindicatos de la construcción (Uocra) y de los petroleros son un modelo a seguir: se trata de la creación de un fondo de seguro de desempleo para los trabajadores que cambien de lugar de trabajo pero que permita un mayor dinamismo.

“Hay que gobernar y crear trabajo”, señalan por lo bajo. Todo esto se inscribe en la urgencia por crear más empleo para transformar los planes sociales en trabajo genuino, como viene anunciando el Presidente en sus últimas apariciones.

¿Qué actitud tomará la oposición?, el otro interrogante

La incógnita en la Casa Rosada es la actitud que tomará la oposición frente a estas propuestas. Por un lado, son pesimistas, pero por otro tienen en cuenta que el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, avaló en estos días la transformación de las leyes laborales con los parámetros de la Uocra.

En todos los casos, el común denominador es que en la Casa Rosada están mirando más allá de las elecciones del 14 de noviembre, que consideran perdidas, y ahora analizan cómo repartir las cartas una vez que se hayan abierto las urnas.

“La sensación es que no va a cambiar tanto el resultado electoral y que la recuperación podría ser para 2023. Están resignados a un acuerdo con la oposición pero hay que ver qué quiere la oposición”, señala un funcionario camporista. Lo mejor que podrían aspirar en la Casa Rosada es a un escenario de “control de daños” tras las elecciones de dentro de dos domingos.

En tanto, Alberto Fernández dejará los discursos de campaña y lleva a Roma una agenda con reuniones con la directora del FMI, Kristalina Georgieva, la canciller alemana, Angela Merkel, y la reina Máxima, de Países Bajos, entre otros. También llevará su agenda de lucha contra el cambio climático en el G-20.

Buscará allí darse un baño de apoyo internacional, mientras que en la Casa Rosada sus colaboradores diseñan el control de daños para después del 14 de noviembre.

Fuente (A24)

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