Análisis: lo que dejó el discurso de Alberto Fernández

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Por la tesista en Ciencias Políticas María Laura Centurión

El discurso de casi dos horas se presentó en dos grandes líneas: una referente al trayecto del año de gestión del Frente de Todos, en un contexto de pandemia y recesión económica, y la otra referida al gobierno anterior. Sobre la primera, Fernández hizo hincapié en lo que describió como logros de su gobierno, además de temas en los que propuso continuar a través de distintas políticas. Desde el otro gran ordenador de su exposición, hizo alusión al gobierno de Cambiemos y a algunos sectores más extremistas de la oposición, a la vez que esa diferenciación se utilizó como reverso de la propia identidad asumida por el actual gobierno.

En este sentido, lo interesante de su disertación es que se dio en un tono confrontativo para afirmar la oposición en el contenido de las políticas y la orientación del anterior gobierno, al mismo tiempo que apeló a la construcción de una unidad nacional en la diversidad, respetando la pluralidad de voces.

Este tono ambiguo, confrontativo con la oposición representada centralmente por Cambiemos, a la vez que promueve la unidad y reconoce la necesidad de establecer consensos para lograr acuerdos en políticas a largo plazo, transformaciones estructurales que son difíciles de alcanzar en una gestión presidencial , recorre todo el discurso del presidente. 

Como estrategia discursiva es contundente y deja claro lo que se propone como metas de gobierno,  también describe de forma bastante explícita las áreas y políticas específicas en las que acuerda con la gestión de Cristina y se diferencia de algunas cuestiones que marcaron al período kirchnerista, según la visión del arco opositor y de buena parte de los medios de comunicación como un estilo muy confrontativo y con poco interés en conciliar con sectores que fueron identificados como claros antagonistas: Clarín, el campo, etc.

En los análisis conocidos de medios televisivos se habla mucho de la impronta kirchnerista del actual gobierno y muchas veces se cuestiona quién tiene “el poder” o quien manda, dejando entrever que la vicepresidenta es la autoridad que gobierna, mientras que Alberto no sería más que un actor secundario que sólo ejerce el poder de manera formal o simbólica. 

Sin embargo, en el discurso expuesto en la apertura legislativa se pudieron ver características propias y distintivas de la posición del actual presidente frente a los temas que están en la agenda y las propuestas de gobierno. Como se dijo, se pueden apreciar matices distintos entre los estilos del presidente y la vicepresidenta. Estas diferencias se reflejan claramente en la forma de dirigirse a poderosos sectores económicos y a sectores que suelen estar enemistados con el peronismo. Un ejemplo de este estilo propio del discurso de Alberto es el constante agradecimiento a los principales actores sociales y el énfasis en el trabajo en conjunto, a la par de gobernadores, empresarixs, las fuerzas de seguridad y todo el conjunto de trabajadores del Estado o lo que ha sido definido como personal estratégico. 

En el discurso del presidente se puede observar una cierta idea de conciliación con los diferentes actores, incluidos los dirigentes opositores (algo que por otra parte marcó todas las conferencias que realizó junto al jefe de gobierno porteño y el gobernador de la provincia de Bs. As) y un reconocimiento al esfuerzo de los trabajadores esenciales frente a la pandemia, así como también un agradecimiento general, tanto a los dirigentes políticos de todas las fuerzas, como a “todas y todos los argentinos”.

Fuertes críticas a la gestión de Cambiemos, la justicia y los medios

Hay una combinación entre expresiones positivas en relación al manejo de la pandemia, como un trabajo de todos, en unidad y algunos elementos discursivos más contundentes y más conflictivos cuando se dirige a sus adversarios. El presidente fue muy crítico con los sectores que organizaron concentraciones en contra del gobierno, expresó que tenían odio y que no respetaron los protocolos sanitarios. También se refirió al ala opositora más radical, que se manifestó en contra de las medidas de confinamiento, por lo cual se empezó a calificar la gestión frente a la pandemia con el término infectadura.

En cuanto a las definiciones y anuncios más relevantes, el que ha generado mayor impacto mediático es el pedido de que se inicie una demanda por administración fraudulenta y malversación de caudales, a los responsables de la decisión de contraer deuda  en el gobierno anterior.

También se refirió a los errores que tenía como gobierno mencionando el tema de los privilegios para acceder a la vacuna. En este sentido, remarcó que estaba dispuesto a escuchar las críticas constructivas pero que no podía dar entidad a aquellas que buscan dañar la credibilidad, como la acusación de que las vacunas iban a envenenar a la población. 

También, un  segmento importante del discurso fue sobre la actuación y sobre los privilegios que posee el poder judicial, entre los que nombró el no pago de impuesto a las ganancias de parte de funcionarixs judiciales. Hubo una definición acerca de la justicia y la coyuntura actual que atraviesa el país como un tiempo de “judicialización de la política y politización de la justicia”. En este punto, habló de los cambios que propone llevar adelante, como la reforma que busca despolitizar el Consejo de la Magistratura y el establecimiento de juicios con jurado popular en el fuero federal. Además, pidió al Congreso que establezca un control sobre el funcionamiento de la justicia, tal como lo prevé la Constitución nacional, afirmando que no se trata de ir en contra de la república, sino de entablar medidas enmarcadas dentro de las reglas de un estado de derecho.

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Dentro de las medidas anunciadas como propuestas a realizar durante la gestión, mencionó la presentación del proyecto de ley que establece la suba del mínimo no imponible al impuesto a las ganancias, elevando el piso a 150 mil pesos brutos; la creación de un programa que promueve la inserción laboral de lxs jóvenes entre 18 a 25 años para promover el empleo formal en este sector; la regulación del sistema tarifario con el objetivo de lograr tarifas diferenciales, según la capacidad patrimonial y  el envío de un proyecto de ley para que las tarifas se adapten a una economía con ingresos en pesos; la propuesta de reactivar las líneas ferroviarias, entre otras.

Algunas de las propuestas enunciadas por Fernández tienen que ver con temas que actualmente debate buena parte de la sociedad, como las políticas vinculadas a erradicar la violencia de género y decisiones que permiten que las mujeres puedan elegir de forma autónoma, como es el caso de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, recientemente sancionada. Por otro lado, hizo alusión al problema del cambio climático, expresando que “el desarrollo del futuro será verde o no va a ser”. Sobre este tema se comprometió a seguir los lineamientos del Acuerdo de París. 

Sin embargo, esta mención sobre la agenda ambiental no se condice con las propuestas de profundizar las políticas extractivas que se vienen implementando de manera sostenida en los últimos gobiernos. Promover la industria de hidrocarburos utilizando la técnica del fracking y fomentar la megaminería no es consecuente con una política sustentable, para contribuir a mitigar el impacto de los daños al medioambiente. Seguir un camino que piensa el desarrollo bajo una lógica extractivista no puede definirse como parte de una “agenda verde”.

La oposición se sintió tocada y mostró preocupada

En cuanto al clima con el que se recibió el discurso en el Congreso, se produjeron cruces con referentes de la oposición. Uno de los legisladores que intervino varias veces, interrumpiendo al presidente, fue Fernando Iglesisas. Los momentos más tensos se dieron cuando Fernández se refirió al tema de las vacunas y el pedido de renuncia al ahora ex ministro de Salud Ginés González y cuando el presidente se enfocó en las medidas económicas a seguir, contraponiendo y cuestionando la política del gobierno de Cambiemos en esta materia, principalmente en lo referido a los préstamos solicitados al FMI.

En relación a la reacción de la oposición sobre el discurso expuesto en el Congreso, se puede apreciar una interpretación centrada en los aspectos que son entendidos como negativos de parte de dirigentes ligados a Cambiemos. En este sentido, se expresaron algunxs opositores con preocupación por lo que entienden como un avance del poder político hacia el poder judicial, interpretando la alusión a la reforma de la justicia como una forma de obtener impunidad para aquellos funcionarixs del gobierno con causas pendientes.

Otro cuestionamiento que se le hizo al presidente es que habló extensamente de la gestión pasada, siendo muy crítico con el endeudamiento propuesto por el gobierno anterior. Además, Fernández se refirió a los medios y en particular a lxs periodistas que se posicionan más claramente en oposición a este gobierno, expresando, en sus palabras, una falta de objetividad a la hora de analizar los sucesos políticos.

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