El contexto impulsa la creación de nuevos activos digitales, como es el caso de SOYA, lanzada en el mes de marzo en Argentina.
La importancia de la soja en el país y en la región permite a sus creadores estimar un potencial de crecimiento real. Entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay se concentra el 60% de la producción de dicho grano a nivel mundial.
Cómo funciona
“Convertimos los cultivos reales en activos digitales a través de la tokenización y, de esta manera, gestamos una stablecoin, es decir, una moneda estable con paridad en granos”, explican desde la empresa.
Por cada token de Criptosoja SOYA “hay una tonelada de soja real custodiada en un acopio que lo respalda”, manifestaron desde Argrotoken. Esta tonelada, a su vez, está validada “por medio de la PoGR (“Prueba de Reserva de Granos”, por sus siglas en inglés), que es transparente, segura, descentralizada y auditable en todo momento mediante la blockchain de Ethereum (el sistema que la gestiona)”.
Esto convierte al Token SOYA “en una Stablecoin Global, un criptoactivo que tiene como valor de referencia al precio de la soja en el mercado local”, agregan desde la empresa.
Al ser una “stablecoin” se encuentra respaldada por monedas fiduciarias, otras criptomonedas o comoddities, como en este caso.
Según manifestaron desde Agrotoken, el objetivo con SOYA es claro: lograr “tokenizar” al 5% de la producción mundial de soja.
Un punto a destacar es que los tokens de SOYA se pueden intercambiar “por cualquier otro criptoactivo en cualquier parte del mundo” al tiempo que se puede contar con su disponibilidad las 24 horas mediante una aplicación en el celular.
Desde Agrotoken se definen como «un grupo de personas apasionadas por nuestra tierra» a quienes los últimos cambios tecnológicos les abrieron «la posibilidad de crear un nuevo ecosistema confiable, transparente y descentralizado para hacer realidad el sueño de muchos productores: utilizar su producción como si fuera moneda».