Presupuesto 2025: Javier Milei enfría la mesa de los gobernadores

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Desconfianza cruzada con Mauricio Macri, incipiente conflicto con los gobernadores dialoguistas por el Presupuesto 2025, fractura expuesta con Victoria Villarruel en el Senado y un polémico debut del «brazo armado» de La Libertad Avanza. Javier Milei cierra su primer año de gestión en un pantanoso escenario político de cara a las legislativas del año próximo.

Aferrado a la estabilidad de los indicadores macroeconómicos y al presunto apoyo de la opinión pública en base a encuestas, el Presidente avanza ante un atomizado y casi desierto mapa de la oposición para redoblar la apuesta ante los gobernadores, la «casta» que está más próxima a la vicepresidenta que a la Casa Rosada.

Milei ordenó congelar el pedido de los mandatarios provinciales para armar una mesa de negociación tras la decisión del gobierno nacional de suspender el tratamiento del proyecto de Presupuesto 2025 en la comisión de la Cámara de Diputados.

Gobernadores amotinados
La Libertad Avanza no conseguía las firmas de sus aliados del PRO y la UCR ante el rechazo de sus gobernadores a apoyar el dictamen del oficialismo que no incluía los fondos por coparticipación, las deudas a las cajas jubilatorias provinciales no transferidas y la coparticipación del impuesto al combustible, entre otros ítems.

«Los gobernadores no se mueven de los cinco puntos que reclaman porque así como el gobierno nacional tuvo que cumplir el fallo por los fondos de coparticipación para la Ciudad de Buenos Aires, ahora también están incumpliendo con leyes y pactos con las provincias», advirtieron ante la consulta de Ámbito cerca de un gobernador «dialoguista».

Pero en Casa Rosada se mantienen inflexibles para cumplir con el axioma de hierro del déficit cero. «Preferimos no tener Presupuesto antes que nos impongan un mal Presupuesto. El déficit cero no se negocia y el pedido de los gobernadores tiene un costo fiscal cercano a los 4.000 millones de dólares», replica un funcionario con despacho en Casa Rosada.

Hasta la tarde de este domingo, desde el Poder Ejecutivo Nacional insistían en que no figura en agenda una eventual convocatoria a los gobernadores luego del pedido formal elevado a Guillermo Francos para formar una mesa de negociación por el Presupuesto 2025.

La negativa del Gobierno nacional a negociar con las provincias duele el doble. No solo por la asfixia financiera en los territorios a partir de la caída en la recaudación por la baja en la actividad económica, sino también por el año electoral que se avecina.

El torniquete de Javier Milei
El torniquete de fondos de la Rosada a las provincias esconde, además de la premisa fiscal de ajustar el gasto público, una maniobra política para desfinanciar a las provincias en pleno año electoral. Mañana inicia la última semana del período de sesiones ordinarias en el Congreso y, de no haber Presupuesto 2025, el Gobierno deberá prorrogar por segundo año consecutivo el Presupuesto 2023 y dispondrá del manejo discrecional de los fondos.

En Casa Rosada sostienen que nadie puede alegar su propia torpeza. Mientras Karina Milei expandía La Libertad Avanza a nivel nacional con actos en las provincias, los gobernadores le votaban todo a Milei en el Congreso. Aportaron votos clave para la ley Bases, para sostener el veto a la ley de movilidad jubilatoria y de financiamiento educativo. Y hasta dejaron sin quórum una sesión para limitar los DNU, la principal herramienta de gobierno del Presidente.

Lo mismo argumenta Mauricio Macri. «Te ayudamos en todo». El jefe del PRO reparecerá este miércoles en Junín con intendentes de su partido. El ingeniero asegura en la intimidad que, sin el apoyo del PRO, Milei no hubiese conseguido el escenario de estabilidad macroeconómica logrado en su primer año de gestión con descenso del Riesgo País, equilibrio fiscal, baja del tipo de cambio.

La negociación por el Presupuesto comenzó complicada desde que Javier Milei presentó el proyecto en Diputados y le reclamó a viva voz y por cadena nacional a los gobernadores un ajuste de u$s60.000 millones. Luego, en un tenso encuentro, los mandatarios provinciales mandaron a Luis Caputo a rehacer el anexo de obra pública. No solo no figuraban las partidas para las obras ya transferidas por Nación sino que había errores groseros de confección. «Había obras que correspondían a Chaco pero figuraban en otra provincia, mas allá de la falta de fondos», fue la queja de un gobernador aliado de la Casa Rosada.

Fuente Ámbito

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