Por el Lic. Gustavo Tarragona – Profesor Universiario UNL – UCA – Director Civix Argentina, https://www.civix-argentina.com/
Tradicionalmente, en la Argentina se reconoció la existencia de una zona situada en parte de la franja central del territorio terrestre de nuestro país, con suelos extremadamente fértiles y un régimen de lluvias apropiados para producir muchos alimentos, la Pampa húmeda (provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos). Una región que concentra el 65% de la población total de la Argentina y aporta alrededor del 75% del PBI de nuestro país.
Sin embargo y quizá como resultado paradojal de la existencia de esa zona, la Argentina ha prestado en general poca importancia a la enorme riqueza de nuestro mar territorial.
En el Derecho Internacional Público se reconoce la existencia del así denominado Mar Territorial que barca hasta las 12 millas marinas, la Zona Contigua, otras 12 millas marinas y finalmente la Zona Económica Exclusiva, hasta las 200 millas marinas.
El Mar Argentino se extiende, en términos generales, desde la boca del estuario del Río de la Plata en el norte, hasta el Banco Burdwood en el sur, y desde la costa argentina hasta el comienzo del talud (una parte de la morfología submarina de fuerte declive que conecta la plataforma continental con la llanura abisal. Suelen estar ubicados entre los 200 a 4000 metros bajo el nivel del mar). El Mar Argentino tiene una extensión de alrededor de un millón de kilómetros cuadrados y en sus aguas se desarrolla una de las más importantes actividades de pesca a nivel global.
Según diversos estudios realizados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, el aporte actual del sector marítimo al Producto Bruto Interno (PBI) del país es de sólo 1,5% (concentrado en la actividad pesquera). Pero se estima que en 2035 podría alcanzar entre el 10 y el 15% del PBI si se realizara una mayor inversión en investigación, innovación tecnológica y desarrollo productivo. Sin embargo, por los medios de comunicación nacionales e internacionales y por organismos oficiales sabemos del enorme interés y la intensa actividad pesquera y de exploración desarrollada por buques factorías que portan pabellones de China, España, Polonia e Islas Malvinas, entre otros.
Por lo tanto, estamos en presencia de un enorme desafío geopolítico para nuestro país, aquel que se ha popularizado con el nombre de “Milla 201”. Debido a la poca capacidad de control por parte del estado argentino, aquellos buques cruzan repetidamente a aguas de la zona económica exclusiva. Y cuando son detectados, se vuelven a aguas internacionales.
¿Cómo afrontar este desafío?
En este contexto nace la iniciativa Pampa Azul, que representa una política de Estado de gran envergadura para instalar al Mar Argentino, por primera vez, en la agenda de desarrollo de nuestro país. La Ley N° 27.167 busca fortalecer la presencia argentina en nuestro mar, creando el PROMAR (Programa Nacional de Investigación e Innovación Productiva en Espacios Marítimos Argentinos)
El PROMAR tiene los siguientes objetivos:
a) Profundizar el conocimiento científico como fundamento de las políticas de conservación y manejo de los recursos naturales.
b) Promover innovaciones tecnológicas aplicables a la explotación sustentable de los recursos naturales y al desarrollo de las industrias vinculadas al mar.
c) Fortalecer la conciencia marítima de la sociedad argentina y respaldar con información científica la presencia de nuestro país en el Atlántico Sur.
d) Desarrollar una sólida y continua divulgación comunicacional de las acciones presentes y futuras, tendientes a una comunicación eficiente, clara y efectiva de las actividades, proyectos e iniciativas en su accionar dentro del PROMAR.
e) Implementar planes en los que se articulen proyectos interdisciplinarios que incluyan la investigación de base, la conservación de las especies y los ambientes marinos, la utilización de los recursos renovables, el desarrollo de tecnologías aplicables al mar y la producción marina.
f) Desarrollar capacidades para modelar y predecir escenarios futuros en el contexto del cambio climático global.
g) Desarrollar capacidades para detectar y responder a eventos oceánicos mediante la recolección de datos en tiempo real.
h) Generar insumos científicos para la adopción de políticas de conservación y uso sustentable de los recursos biológicos.
i) Proveer insumos científicos para fundamentar el accionar de nuestro país en acuerdos internacionales y apoyar las iniciativas nacionales en materia de cooperación técnica.
j) Articular los programas nacionales con iniciativas internacionales en materia de investigación y conservación marinas y facilitar el acceso a financiamiento para proyectos específicos.
k) Articular las actividades científicas desarrolladas por buques extranjeros con los programas nacionales de investigación en los espacios marítimos argentinos.
l) Promover las relaciones científicas internacionales, particularmente con las instituciones que puedan generar transferencia de tecnología y metodologías de muestreo y monitoreo.
ll) Promover programas de cooperación científico-tecnológica para el establecimiento de polos tecnológicos en el litoral marino.
m) Fomentar desarrollos tecnológicos en todas las áreas vinculadas a la investigación del mar, incluyendo la seguridad marítima y la defensa nacional.
Esperemos que esta iniciativa, relanzada por la actual gestión nacional, se transforme en una verdadera política de estado, en la defensa de nuestro patrimonio marítimo.