Militares en la lucha contra el terror narco de Rosario: el artículo en discusión y un debate abierto

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Con impulso de Milei, en el Gobierno preparan un proyecto para enviar al Congreso. La discusión se aceleró en medio de la escalada de violencia y los asesinatos de inocentes

Las imágenes de Rosario de hoy son en parte parecidas a las que se veían el año pasado y en parte muy distintas. Parecidas porque había otros ministros de Seguridad, otros gobiernos y otro presidente pero estaban los mismos uniformes recorriendo las mismas calles regadas de sangre. Pero son muy distintas porque en esta oportunidad el narco decidió traspasar un límite: del crimen mafioso escaló al terrorismo liso y llano.

Una ciudad atemorizada y paralizada a merced de bandas delictivas empujaron al Poder Ejecutivo a mandar dos ministros, personal de fuerzas federales y reabrir un debate que siempre vuelve: ¿El Ejército, en particular, y las Fuerzas Armadas en general tienen que participar de la lucha contra los narcos? ¿Esta mutación al terrorismo habilita el despliegue de soldados?

En concreto, y con impulso del propio Javier Milei, que se pronunció a favor, los abogados y equipos jurídicos de los ministerios de Seguridad y Defensa están discutiendo reformas que permitan ampliar la actuación de esos uniformados ante casos de extrema gravedad como los que está soportando Rosario, que dejó unas 300 vidas el año pasado y, la semana pasada, cuatro más, inocentes absolutos que cayeron por las balas salvajes de sicarios.

En la actualidad, y por las leyes de Seguridad Interior y Defensa Nacional los militares tienen absolutamente prohibido enfrentar de manera directa a los narcotraficantes. Sólo están autorizados, con muchas limitaciones -originadas en el trauma de la última dictadura- a dar asistencia logística y apoyo con vehículos. Pero no mucho más.

Fuentes de ambos organismos confirmaron a Infobae que el proceso de reforma para empezar a desandar esas restricciones pondrá el foco en el artículo 27 de la ley de Seguridad Interior que autoriza el requerimiento de las Fuerzas Armadas por el Comité de Crisis mediante la afectación de “sus servicios de arsenales, intendencia, sanidad, veterinaria, construcciones y transporte, así como de elementos de ingenieros y comunicaciones”. La ley también autoriza a las Fuerzas a desplegar tareas de combate para reponer la paz en un caso excepcional como el estado de sitio hasta que se restaure la normalidad.

Es el principio, pero también se analiza volver al decreto del ex presidente Mauricio Macri que en la reglamentación de la Ley de Defensa removió el requisito de que sólo intervengan los militares si la agresión a la Nación es por parte de otro Estado Nación. Es que apenas llegó Alberto Fernández al gobierno, en 2020, volvió a la doctrina de Cristina Kirchner, Nilda Garré y Eugenio Zaffaroni, que en los hechos les impide a las Fuerzas Armadas actuar ante ataques de fuerzas irregulares, como pueden ser terroristas islámicos como Hamas o Hezbollah, que no se identifican con una Nación.

Son discusiones, de todos modos, que se agitaron en los últimos días cuando el gobierno de Milei anunció el envío de vehículos y medios materiales del Ejército a Rosario. Después de ese anuncio hubo reuniones, cabildeos y quejas de parte de militares de alto rango que expresaron de manera sigilosa sus crítica a esa medida y la posibilidad de tener que enfrentar en el territorio el peligro de un tiroteo con narcocriminales.

Son episodios que no se dieron ni cuando Cristina Kirchner envió militares a participar del denominado “Escudo Norte”, ni cuando Alberto Fernández anunció públicamente que enviaría uniformados del arma de Ingenieros del Ejército a hacer obras en barrios calientes de Rosario en otra ráfaga de delincuencia.

Pero más allá de eso, el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, en una entrevista con Infobae planteó ayer su total acuerdo con que el Ejército pueda participar de la lucha contra estas bandas. Es una posición que, en Buenos Aires y antes del reportaje, compartió su colega de Córdoba, Martín Llaryora. El primero radical, el segundo de origen peronista. Los dos gobernadores que vivieron la mayor parte de su vida en democracia y que no arrastran viejos traumas y temores.

De todos modos, la posición sobre la necesidad y utilidad de que los militares participen del combate contra el narcotráfico quedó abierto. Infobae dialogó con funcionarios actuales, pasados y expertos que brindaron sus miradas sobre este drama que, todavía no encuentra solución.

Fuente (Infobae)

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