Massa y Morales se imponen a los halcones y logran destrabar el acuerdo con el FMI

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No tendrá el programa económico que pedía Guzmán, otro derrotado. Hubo un fuerte debate por cómo definir el desembolso para no complicar a Macri. Se aprueba hoy jueves.

Sergio Massa y Gerardo Morales lograron consensuar entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio un proyecto unificado para avalar el acuerdo con el FMI que se aprobará este jueves en Diputados, sin el memorándum económico que Martín Guzmán incorporó y en su exposición del lunes consideró parte fundamental de la negociación, pero deberá definir sin aval del Congreso. El PRO fue el partido que más demoró su respaldo y forzó hasta donde pudo la posibilidad de obligar al presidente a negociar por decreto.

El artículo 1 del proyecto consensuado habilita el acuerdo de facilidades extendidas (un estiramiento de los vencimientos por la deuda tomada en 2018 para pagarlos recién entre 2026 y 2034) y autoriza al poder ejecutivo a suscribir «los instrumentos necesarios para dar cumplimiento». 

Se borró el artículo 2, que contenía el memorándum económico y el técnico y los adjuntaba para su aprobación tal como se redactaron en Washington. De esta manera, a Guzmán no le espera una vida fácil: deberá empujar de a una cada medida que considere necesaria para bajar el gasto y, si es necesario, volver a pedirle permiso al Congreso para algunas de ellas. El FMI realizará revisiones trimestrales para saber si va en buen camino. 

El PRO recién aceptó cuando logró aclarar en la ley que parte de los desembolsos serán para «apoyo presupuestario» y no para acumular reservas, un atajo que consideran clave para defender a Mauricio Macri en la querella que le inició el Gobierno. 

El plan inicial del ex presidente era frustrar la ley y que Alberto resolviera la negociación por DNU, pero se lo impidió Morales, el gobernador de Jujuy y presidente de la UCR, quien el martes fue al plenario de comisione a pedir que haya ley y luego participó de la reunión del bloque conducido por Mario Negri. Explicó que un default destroza las finanzas de las provincias, sin diferenciar el color político de quien gobierne. 

El consenso inicial llegó a las 19, tras más de dos horas de debate en el despacho de Mario Negri, jefe del bloque UCR y enlace con el jujeño, quien también se mantuvo siempre en comunicación con Massa.

 Después de recibir a los jefes de la oposición, el diputado negoció con Alberto Fernández eliminar el memorándum económico, que contenía metas fiscales y monetarias hasta 2024, además de medidas de gobierno como la reducción de tarifas y el aumento de las valuaciones fiscales. Ningún bloque opositor quería aprobarlas.  

Tras un diálogo con el staff del FMI, a Massa tampoco le parecía fundamental, pese a que para Guzmán eran tan importantes como el resto de la ley. Y le acercó al presidente tres borradores escritos por la oposición y uno de Germán Martínez, el flamante jefe del oficialismo.

La propuesta para el presidente era tentadora: olvidarse del programa económico de Guzmán (que el propio Alberto anunció la noche de las elecciones y denominó «plan plurianual»), pero tener a cambio el respaldo de la totalidad de la oposición que permite aprobar la ley en las dos cámaras y minimizar el rechazo de un sector del kirchnerismo, liderado por Máximo Kirchner.

El interés de Martínez era además que sin esos números de ajuste suma hacia adentro del bloque, donde recibía quejas de quienes pagarán el costo por aprobar una ley que algunos compañeros rechazarán. Hasta este miércoles contaban a 18 diputados del Frente de Todos dispuestos a abstenerse, un número menor al de unas semanas atrás. Sin las metas de Guzmán, el número podía ser menor. 

A las 17 horas Massa y Martínez fueron al despacho de Negri a cerrar la letra fina y lo consiguieron recién después de dos horas de debates, intercambios de borradores y llamados a jefes externos que no querían ceder. 

Circularon Silvia Lospennato y Gerardo Milman (PRO), Ricardo Buryaile y Karina Banfi (UCR), Juan López (Coalición Cívica), Rodrigo De Loredo y Alejandro Cacace (Evolución radical), entre otros. Salieron con el plan de tomarse dos horas para negociar con sus bloques, mientras Massa se iba a la Rosada a informar a Alberto. 

El presiente de la Cámara ya había recibido en su despacho a Alejandro «Topo» Rodríguez, jefe del interbloque federal, quien también había anunciado que no votaría el programa económico de Guzmán. 

Cerrado ese tema, el debate fue por el único artículo que quedaba, porque a Juntos no le convencía que se mencionara el desembolso como una refinanciación y no como un crédito, tal como figura en la carta de intención, publicada en la página del FMI pero no en el proyecto. 

Se basaban en que la deuda actual con el FMI es de 40 mil millones de dólares, pero el desembolso es de 45, según Guzmán, porque el resto es un retorno de los vencimientos pagados estos dos años sobre el crédito que tomó Macri en 2018, que alcanzó 44.700.  

El proyecto enviado por Alberto decía que los desembolsos eran para devolver ese préstamo, Massa y Martínez aceptaron agregar que una porción era para sumar reservas, pero el PRO no se conformaba.

A las 22 horas, el jefe del PRO Cristian Ritondo y sus pares Luciano Laspina, Gerardo Milman y Lospennato, negociaron cambiar esa definición por la de «apoyo presupuestario», un reconocimiento de que algún dólar puede ir a gastos corrientes. Venían de tener un zoom con referentes del partido, como Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y Macri. 

Aceptaron la oferta Massa, Martínez y la secretaria parlamentaria del bloque Paula Penacca, que es de La Cámpora y habla a diario con Máximo. El PRO anunció en un comunicado que aceptaba votar el acuerdo pasadas las 22 horas y la mesa de Juntos lo confirmó en un comunicado. «Consideramos una gran irresponsabilidad institucional del oficialismo no haber logrado reunir la totalidad de sus diputados. Esperamos que en el Senado la vicepresidenta esté a la altura de su cargo», fueron los dos últimos párrafos. 

Para ese entonces, el plenario de las comisiones de Presupuesto y Finanzas llevaba 2 horas de cuarto intermedio, después de otras 7 de un debate ficticio, con discursos repetitivos que no tenían otra misión que estirar el tiempo. Martínez leyó el texto final a las 22.30, cuando Negri y López se impacientaban. No sabían que al PRO le faltaba ajustar algunos términos. «Nadie tiene mi nombre para seguir negociando», llegó a decirle un impaciente Negri a Heller, cuando la comisión no se retomaba.

Pronto Martínez trajo el texto final y lo leyó. Había consenso y el acuerdo con el FMI será aprobado este jueves en una sesión que comenzará a las 14 horas. Alberto lo quiere antes del 22 de marzo cuando venza un pago con el organismo por 2800 millones de dólares que entra en la refinanciación. Con el respaldo de Juntos, hay dos tercios para tratarlo rápido y aprobarlo con la resistencia del kirchnerismo. Ya no son impedimento para que haya ley. 

Fuente (La politica online)

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