Candidato a senador nacional por Unión Popular, Emilio Martínez Garbino, lanzó una crítica feroz al estado actual del peronismo, la deslealtad legislativa y la ostentación electoral. En diálogo con Debate Abierto, reivindica la vocación política como una de las más altas del ser humano.
Emilio Martínez Garbino no se anda con rodeos. En plena antesala de las elecciones de octubre, el ex intendente y dos veces diputado nacional se presenta como candidato a senador por Unión Popular Federal, un espacio que, según él, no es un desprendimiento ocasional del PJ, sino una continuidad histórica del peronismo auténtico. “Nos fuimos del PJ en 2003, pero no del peronismo”, afirma, recordando su salida del partido cuando era jefe comunal.
Su crítica al justicialismo actual es directa: “El PJ se ha alejado del espíritu y la doctrina peronista”. Unión Popular, dice, tiene raíces en el partido fundado por Perón cuando el PJM fue proscripto, y su candidatura busca rescatar esa tradición.
Martínez Garbino no solo apunta al PJ. Su mirada se extiende a toda la clase política, denunciando la deslealtad de legisladores que priorizan intereses nacionales por sobre los provinciales. En ese marco, lanza una crítica punzante contra Joaquín Benegas Lynch, candidato que propone privatizar Salto Grande y ENERSA: “No sabe de qué está hablando. Responde más a Casa Rosada que a la Casa Gris”.
También cuestiona la ostentación de algunas campañas, contrastándolas con la austeridad de la suya: “No tenemos un peso. Nos limitamos a redes y a la generosidad de los medios. ¿De dónde sale tanto dinero en otras campañas?”, se pregunta, dejando flotando una denuncia implícita.
En tiempos de desencanto, Martínez Garbino se planta con una defensa apasionada de la política. “La política es una de las vocaciones más altas del ser humano. Los políticos pueden defraudar, pero no la política”, sostiene, diferenciando la actividad de quienes la corrompen.
Reconoce que convencer al electorado será difícil, especialmente a ese 50% “asqueado y harto” de los políticos. Pero cree en la capacidad de reflexión de la sociedad: “Argentina no está en crisis, está en decadencia desde hace 20 años. Vivimos en conflicto, viendo al distinto como enemigo”.
Sobre el fenómeno Milei, Martínez Garbino no se muestra indulgente, pero sí reflexivo. Lo considera “producto del desastre anterior”, y aunque reconoce que sus ideas sobre inflación y responsabilidad fiscal no son nuevas, advierte sobre el riesgo de seguir pisoteando la democracia. “El propio Presidente ha ninguneado a Raúl Alfonsín. Si seguimos así, seremos como la rana que cocinan lentamente”, alerta.
Para el candidato, esta elección de medio término está atravesada por el dilema nacional: “Milei sí, Milei no”. Pero recuerda que lo que se elige son legisladores que deben defender los intereses de su provincia. “Hay que rescatar el sentido federal de Entre Ríos”, concluye.
Martínez Garbino se presenta como una voz crítica, pero también como un testigo de la historia que busca devolverle dignidad a la política. En tiempos de polarización y descreimiento, su apuesta es clara: reconstruir desde la vocación, no desde el oportunismo.