Por Néstor Belini (*)
A los conocidos pases de intendentes y funcionarios que obtuvieron sus lugares para ser parte de una gestión que la mayoría de la sociedad promovió con un determinado mandato o proyecto de gestión de signo político-ideológico que está en la antípoda del que ahora los recibe de brazos abiertos, se conoció en las últimas horas la noticia del “pase” de dos cuadros de los dos ¿grandes? relatos políticos nacionales, la UCR y el PJ, que se sumarían a la gestión del gobernador, Rogelio Frigerio. La dinámica que está tomando la interna del PJ adiciona metros a la distancia que separa al Pueblo de sus representantes, que pareciera que hicieron propio el axioma que hegemonizó la política desde el advenimiento de la Democracia: “Sálvese quien pueda”.
La noticia comenzó a circular en los ámbitos donde se discute de política –así, en minúsculas- porque claramente el tema al que refiere no está en las preocupaciones de la ciudadanía que tiene problemas que no serían tan “políticos”, tales como saber de qué manera va a sobrevivir a la destrucción que está llevando adelante el presidente, Javier Milei, en la Nación, y el gobernador, Rogelio Frigerio, en Entre Ríos.
Se trata del presunto “pase” a la gestión de Frigerio, de Lucía Varisco, reconocida militante de la Unión Cívica Radical (UCR), que fue legisladora y funcionaria radical y cuyo apellido remite a los mejores años del radicalismo paranaense; y de Gustavo Guzmán, militante del Partido Justicialista, ex legislador y dirigente del PJ de Paraná que solidificó su “carrera” política como hombre de confianza del también ex intendente, legislador y dirigente pejotista, Julio Solanas, que en algunos momentos de la dinámica política provincial y nacional supo sostener posicionamientos “progresistas”. Fuentes consultadas deslizaron que detrás de ambos pases estaría el ex director de AFIP y Aduana, Guillermo Mitchel, que, según otras fuentes, tiene intenciones de ocupar la Casa Gris a partir de 2027.
Mensaje
Si se confirmara el anunciado pase de ambos dirigentes, lo que está en juego es el mensaje simbólico que recibe la sociedad respecto de eso que se ha dado en llamar “militar en política”, justamente la base de los históricos partidos que atacó el neoliberalismo hegemónico en los ’80 y `90 y principios del 2000, hasta su restauración con la gestión del ex presidente, Mauricio Macri, y del anarco capitalista, Javier Milei, en 2015 y 2023, respectivamente, sin dejar de lado la insípida gestión de Alberto Fernández entre 2019 y 2023.
¿Qué puede concluir la militancia de ambos dirigentes, con los que caminaron elevando posiciones que pretendían revitalizar la Política? ¿Los acompañarán siguiendo el desvarío que desplazó la racionalidad que antes era moneda corriente en la política, aún en crisis de profundidad? La socavada opinión pública ¿qué pensará de las conductas políticas que en la coyuntura se espera de dirigentes y funcionarios, si dos cuadros que enfrentaron el proyecto de gestión de Milei y Frigerio pasarían a ser parte de aquellas gestiones? La pregunta está habilitada porque el gobernador ha realizado manifestaciones públicas de apoyo al presidente y ha acompañado en el Congreso todas sus leyes sin tomar en cuenta las opiniones de especialistas en Derecho Constitucional que señalaron la inconstitucionalidad de casi todas las leyes que el Poder Ejecutivo ha impulsado.
En ambos casos, la decisión, de la que no se sabe si fue “charlada” con sus entornos y quienes eran sus referentes, implica el abandono, a primera vista, de los paradigmas que abrazaron durante décadas para abrazarse a otro que perjudica a quienes en no pocas elecciones manifestaron su predilección por ellos, habida cuenta que ¿pretendían? representar los intereses del Pueblo, que es de dónde surge su base social. También refuerza la animadversión suicida de la sociedad a todo lo Político.
Muchos compatriotas no alcanzan a valorar la importancia de lo Político en el presente y futuro de sus proyectos de vida y terminan aceptando la visión que se les impone desde los medios de comunicación que resaltan las “panquequeadas” y la “borocotización” de dirigentes y políticos. Lo que se oculta es que aquello solo es una parte, pequeña, de las implicancias de las decisiones éticas que imponen las dinámicas políticas a los actores políticos en determinado momento histórico. En este caso, ni Varisco ni Guzmán podrían argumentar el porqué del pase, si el argumento parte de considerar las trayectorias de ambos dirigentes. Sería interesante que lo hicieran por ellos, por sus bases y por defender el ámbito que los llevó a tener el nivel de vida que tienen.
Interna nacional
La dinámica que está tomando la interna del PJ nacional tampoco ayuda a acercar o amigar a la sociedad con sus partidos y sus dirigentes. Cristina Fernández y Ricardo Quintela disputarían la conducción del PJ nacional. Disputarían porque las recientes noticias refieren a que el necesario proceso de revitalización y democratización del PJ va en camino a judicializarse.
En este sentido es preocupante que dirigentes de experiencia de gestión y conductores de difíciles momentos de la historia nacional reciente, se encaminen a dirimir sus cuitas internas en un ámbito que nunca fue demostrativo de empatía con el Pueblo, menos con el peronismo, al que tiene jaqueado con innumerables causas por corrupción, con o sin pruebas, que es un detalle que se resuelve “en la marcha”.
En aquella línea ¿suicida? se encuentran las denuncias por supuestos avales truchos, impugnaciones, acusaciones mutuas a pesar de haber manifestado que no habría diferencias entre Fernández y Quintela respecto de la gestión y demás monerías como que Quintela denunció una situación de “proscripción”.
En lo que tiene que ver con Entre Ríos, se conoció la lista de Fernández con tres personalidades de la política provincial.
Se trata de la actual diputada provincial, vinculada al kirchnerismo, Stefanía Cora; de la actual intendenta de Victoria, Isa Castagnino Xavier; y el inoxidable, Adrián Fuertes. Por el lado de la aún indefinida lista de Quintela, el único nombre que se expuso fue el de Jorge Vázquez, dirigente sindical, militante peronista y actual presidente de la Departamental Paraná, desde dónde viene cuestionando seriamente el posicionamiento de dirigentes y legisladores peronistas que le dan su apoyo al gobierno nacional y provincial.
(*) Periodista