16-09-2025 03:36 pm
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Juzgan a un comerciante por el traslado de 500 kilos de explosivo en forma ilegal

Comenzó el juicio oral contra Alberto Nelson Barnada, de 76 años, que el año pasado cruzó el Túnel Subfluvial que une Santa Fe con Entre Ríos con 500 kilos de explosivo sin ningún tipo de seguridad. Lo único que intentaba este piloto civil, que no midió el riesgo, era llegar a Misiones con la carga comprada en forma ilegal en la provincia de Córdoba.

Barnada, conocido como “Beto”, es un comerciante de equipos viales y mineros originario de Chajarí y con domicilio en Posadas, y enfrenta cargos por un hecho ocurrido el 12 de junio de 2024.

El juicio se llevó a cabo en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Paraná, bajo la dirección de la jueza Noemí Berros, mientras que la acusación está a cargo del fiscal general José Ignacio Candiotti.

La defensa del imputado está en manos de Andrés Bacigalupo y Ladislao Uzín Olleros. En caso de ser condenado, el imputado puede recibir una pena de entre tres y seis años de prisión. De las preguntas que formula la defensa surge que tratarán de probar que sin detonador no había posibilidad de que el Gelamon V.F. 65% se active. También buscarían probar que el explosivo tenía como fin su uso en la minería.

Los tres testigos policiales que declararon en la jornada de este jueves dejaron en claro que los 500 kilogramos de Gelamon V.F. 65% que el imputado transportaba sin la documentación ni las medidas de seguridad reglamentarias hubiesen provocado una catástrofe en caso de explotar.

A modo de ejemplo y para tomar conciencia del daño que pudo provocar Barnada, Candiotti recordó que para el atentado en la AMIA se utilizaron 310 kilos de explosivos. Además, quedó claro que la camioneta transportaba la carga sin seguridad y que el empresario mintió cuando la Policía le preguntó qué transportaba, ya que dijo que llevaba “fertilizantes”.

El hecho que motivó este juicio ocurrió el 12 de junio de 2024, alrededor de las 12, en el Puesto Caminero Santa María, ubicado en el kilómetro 496 de la ruta nacional N°12. Personal de la Policía de Entre Ríos detuvo una camioneta Toyota Hilux conducida por Barnada.

Durante el control, los agentes notaron una actitud nerviosa en el conductor. Al ser consultado sobre la carga que llevaba en la caja, tapada con una lona, Barnada ofreció múltiples versiones inconsistentes, manifestando inicialmente que transportaba nitrato de amonio, luego “herramientas viejas de un taller” y, más tarde, “fertilizantes para unos campos que tenía en Federal”.

La inconsistencia de sus declaraciones llevó a los agentes a inspeccionar la caja del vehículo. Al remover la lona y otros objetos, se encontraron cajas precintadas que, tras la intervención de bomberos y expertos, resultaron contener 500 kg de GELAMON V.F. 65%.

Este material fue clasificado por Fabricaciones Militares y el Ejército Argentino como “alto explosivo con nitroglicerina”.

Se encontraba distribuido en treinta y ocho cajas de cartón, cada una con quince panes de la sustancia en envases plásticos de color rojo, sumando 570 unidades totales, con insignias de “FM” (Fábrica Militar).

La investigación reveló que el lote 1173 del explosivo había sido vendido por Fabricaciones Militares a la empresa FATMAN SA (nombre clave que le pusieron a la bomba que Estados Unidos arrojó en Nagasaki, Fat Man), con domicilio en Córdoba, y no se acreditó un origen lícito por parte de Barnada, ni que poseyera la debida autorización para su tenencia o transporte.

La carga era trasladada sin las medidas de seguridad correspondientes y sin la documentación que avalara su tenencia. La Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC) confirmó que Barnada no está inscripto como legítimo usuario de armas de fuego en ninguna categoría.

Barnada, quien se dedica a la comercialización de equipos viales y mineros, fue detenido en el lugar y posteriormente se abstuvo de declarar en su indagatoria. Sin embargo, las circunstancias fácticas, incluyendo la identificación explícita del explosivo, la cantidad y su profesión, permitieron a la justicia inferir su conocimiento consciente (dolo) sobre lo que transportaba.

Durante el procedimiento, además de los explosivos, se secuestraron la camioneta, una tablet, un celular, prendas de vestir, herramientas como martillos rompepavimento y percutores, y aproximadamente 97.150 pesos en efectivo.

Un análisis de la tablet de Barnada reveló correos electrónicos enviados a empresas chilenas, en los que consultaba sobre requisitos de aire comprimido para equipos industriales y se presentaba como “Distribuidor de Sullair Argentina S.A.”.

A pesar de la cantidad significativa de material explosivo y las condiciones de transporte inseguras, la Justicia determinó que no existen elementos de prueba que revelen una finalidad de contribuir a la comisión de delitos contra la seguridad común o causar daños, lo que impide encuadrar la conducta en una figura más grave del Código Penal. Por ello, se lo procesa por tenencia simple de materiales explosivos.

Barnada fue excarcelado bajo caución juratoria, comprometiéndose a presentarse semanalmente ante la comisaría tercera de Posadas y con prohibición de salir del país. El dictamen médico de cámara indicó que presenta un examen mental normal y no padece afecciones graves de salud.

La semana próxima continúa el juicio con la declaración del imputado más el inicio de los alegatos.

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