Fotografías: Clara Chauvin
Miles de personas se manifestaron este miércoles por la tarde en todo el país y en distintas localidades de nuestra provincia para exigir justicia por el femicidio de Úrsula Bahillo y para que se implementen políticas públicas efectivas contra la violencia de género. De la movilización participó la madre de la joven, con una bandera exigiendo justicia por su hija, que fue asesinada el 9 de febrero por su exnovio, un integrante de la policía bonaerense.
El reclamo se efectuó con banderas, consignas, bombos, redoblantes, cánticos y con muchísimos carteles escritos a mano con mensajes que hacen a la lucha por la igualdad de género; “quiero vivir sin miedo», «reforma judicial feminista» y «a mí me cuidan las pibas» dijeron las calles.
Asimismo, en la movilización se vieron muchos familiares, amigas y amigos de otras víctimas de femicidios y múltiples organizaciones sociales, sindicales, políticas y personas autoconvocadas. Entre los presentes estaba el papá de Natalia Melmann, Gustavo. Llevaba una foto de su hija –secuestrada, violada y asesinada por policías locales en 2001, en Miramar– colgada del cuello. «La comunidad feminista plantea un alerta nuevamente. No se puede seguir con más de 40 mujeres asesinadas en lo que va del año, y menos en manos de agentes de fuerzas de seguridad. Y menos después de tantas denuncias realizadas. Se tienen que tomar más medidas territoriales que lleguen hasta el domicilio de la persona que sufre violencia. Hay un gran cambio en cuanto al crecimiento de la lucha en los últimos cinco años, pero no hay respuesta del Estado ni de la Justicia. Las mujeres cada vez que denuncian firman su sentencia de muerte», analizó el hombre. «Después de 20 años no todos los que participaron de la muerte de mi hija están presos. Las historias se repiten. Las fuerzas de seguridad no son juzgadas como corresponde», concluyó.
El colectivo «Ni Una Menos» difundió un comunicado en el que sostuvo que «Úrsula tenía 18 años, estuvo de novia con Matías Martínez, policía bonaerense, con antecedentes; un violento que la golpeó y la amenazó de muerte hasta que la mató. Úrsula y su mamá lo habían denunciado y él estaba con ‘carpeta psiquiátrica’ por las reiteradas denuncias en su contra por violencia de género».
«Úrsula tenía miedo de que la maten y la mataron. Pidió ayuda, hizo denuncias; sus posteos en las redes y su voz desesperada a las amigas hablan en un lenguaje que es de la calle, de las movilizaciones, de la constatación cotidiana de que la rabia no alcanza, de que es necesario organizarla para cambiarlo todo. Pero todo, de cuajo; porque su historia no es extraordinaria, es dolorosamente común», agregaron.
Cabe destacar que en lo que va de 2021, el observatorio Ahora Que Sí Nos Ven registró 43 femicidios: uno cada 26 horas. En seis casos los agresores pertenecían a fuerzas de seguridad (cuatro policías, dos militares). El observatorio de Mujeres de la Matria Latinoamericana detectó 38, de los cuales el 12 por ciento fue perpetrado por uniformados o ex uniformados. Ese fue uno de los ejes de la convocatoria de Ni Una Menos. La problemática se registra en uno de cada cinco femicidios. La idea de marchar surgió luego del crimen de Ursula. En los últimos días fueron asesinadas más mujeres: Mirna Palma, docente formoseña de 44 años –la mató un policía retirado–, y Silvia Rojas y Silvana Natalia, en Santiago del Estero. Asimismo, permanece desaparecida Ivana Módica en La Falda, hace ya siete días. Su pareja, Javier Galván, piloto de la fuerza aérea provincial, es el principal sospechoso.
Por: Economía y Política