Joseph Stiglitz habló del «milagro argentino» tras la pandemia y cuestionó la postura del FMI

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El premio nobel de Economía comparó la situación económica del país con la de EEUU y destacó que con menos recursos, «el país disfruta de una recuperación notable».

Joseph Stiglitz elogió la recuperación económica de la Argentina tras la pandemia de coronavirus y destacó las políticas empleadas por Martín Guzmán. El premio nobel de Economía comparó la situación económica del país con la de EEUU y destacó que con menos recursos, «gracias a las políticas del gobierno actual para fortalecer la economía real, el país ha estado disfrutando de una recuperación notable». Al mismo tiempo, ratificó su postura a favor del reclamo argentino para eliminar las sobretasas que impone el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En una columna publicada en Project Sindicate, el mentor del ministro de Economía Argentino afirmó que EEUU pudo gastar un cuarto de su PBI para los gastos COVID mientras que otros países estuvieron en una situación más desigual «Las economías en desarrollo y emergentes se han enfrentado a fuertes restricciones financieras y fiscales. Y debido al nacionalismo de las vacunas (acaparamiento por parte de los países ricos), han tenido que buscar cualquier dosis que puedan obtener», expresó el economista.

Luego le dedicó duras palabras al ex Presidente Mauricio Macri y a la situación financiera de la Argentina: «Argentina ya estaba en recesión cuando golpeó la pandemia, debido en gran medida a la mala gestión económica del expresidente Mauricio Macri. Todos habían visto esta película antes. Un gobierno de derecha favorable a las empresas se había ganado la confianza de los mercados financieros internacionales, que debidamente aportaron dinero»

Y agregó contundente: «Las políticas de la administración resultaron ser más ideológicas que pragmáticas, al servir a los ricos en lugar de a los ciudadanos comunes. Cuando esas políticas fracasaron inevitablemente, los argentinos eligieron un gobierno de centro izquierda que gastaría la mayor parte de su energía limpiando el desastre, en lugar de seguir su propia agenda. La decepción resultante sentaría las bases para la elección de otro gobierno de derecha. Lamentablemente, un patrón que se repite una y otra vez».

En el medio de la discusión sobre el origen de la deuda Stiglitz afirmó: «El gobierno de Macri, elegido en 2015, heredó relativamente poca deuda externa, debido a la reestructuración que ya se había producido. Por tanto, los mercados financieros internacionales se mostraron aún más entusiastas de lo habitual, prestando al gobierno decenas de miles de millones de dólares a pesar de la ausencia de un programa económico creíble. Luego, cuando las cosas salieron mal, como muchos observadores habían anticipado, el Fondo Monetario Internacional intervino con su paquete de rescate más grande hasta la fecha: un programa de u$s57 mil millones, de los cuales u$s44 mil millones se dispersaron rápidamente en lo que muchos vieron como un intento desnudo por parte del FMI, bajo la presión de la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para sostener un gobierno de derecha».

Luego describió lo que ocurrió tras el préstamo: «Lo que siguió es típico de tales préstamos políticos (como detallé en mi libro de 2002, «Globalization and Its Discontents»). A los financieros nacionales y extranjeros se les dio tiempo para sacar su dinero del país, dejando a los contribuyentes argentinos con la bolsa. Una vez más, el país estaba muy endeudado y no tenía nada que mostrar. Y, una vez más, el «programa» del FMI fracasó, hundiendo la economía en una profunda recesión, y se eligió un nuevo gobierno».

«Afortunadamente, el FMI reconoce ahora que su programa no logró sus objetivos económicos declarados. La «evaluación ex post» del Fondo atribuye gran parte de la culpa al gobierno de Macri, cuyas «líneas rojas en determinadas políticas pueden haber descartado medidas potencialmente críticas para el programa». Entre esas medidas se encuentran una operación de deuda y el uso de medidas de gestión de flujo de capital «, resaltó.

En ese sentido, respaldó al gobierno de Alberto Fernández: «Dado el lío que heredó el gobierno del presidente argentino Alberto Fernández a fines de 2019, parece haber logrado un milagro económico» y destacó el crecimiento: «ahora se estima que haya sido del 10% para 2021, casi el doble del pronóstico para los EE. UU mientras que el empleo y la inversión se han recuperado a niveles superiores a los de cuando Fernández asumió el cargo».

El riesgo para el FMI

«Dado el enorme tamaño del préstamo que debe refinanciarse, un acuerdo que simplemente amplíe el plazo de amortización de 4,5 a diez años no es suficiente para aliviar las preocupaciones sobre la deuda de Argentina». El Nobel de Economía respaldó la propuesta argentina al FMI, de achicar el déficit fiscal apalancándose en el crecimiento económico, sin ajustar el gasto. Al mismo tiempo, no descartó presiones del FMI: «todos deberían saber a estas alturas que la austeridad es contraproducente, algunos estados miembros influyentes del FMI aún pueden presionar por ella».

Por último concluyó: «Si se invirtiera el rumbo con las antiguas demandas de austeridad a la Argentina, las consecuencias para el propio Fondo serían graves, incluida la menor disposición de otros países a comprometerse con él. Eso, a su vez, podría amenazar la estabilidad política y financiera mundial. Al final, todos perderían».

Fuente (Ambito)

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