Funcionarios, militares y civiles realizaron un simulacro desde el “Centro de Gestión Nacional”, cerca de Jerusalén, la capital de Israel, en el que tuvieron que hacer frente a diversas situaciones: campañas masivas de detección y vacunación, imposición de toques de queda, admisiones hospitalarias y hasta el cierre del aeropuerto internacional Ben Gurion.
Bennett describió al simulacro “Ensayo Omega”, el nombre de una cepa de virus ficticia, como una precaución para garantizar que Israel esté preparado para “cualquier escenario”.
Con una baja en la cantidad de contagios y hospitalizaciones en las últimas semanas y una tasa de positividad del 0,65%, Israel parece haber superado la cuarta ola de coronavirus, según informó la agencia de noticias AFP.
Según datos oficiales, más de 5,7 millones de israelíes ya recibieron dos dosis de la vacuna Pfizer, alrededor del 80% de los adultos, y más de 4 millones una tercera inyección.
Para continuar incrementando este número, el Ministerio de Salud recomendó ayer ampliar la vacunación a los niños de 5 a 11 años.
Pese a que el primer ministro ya se pronunció a favor, el Gobierno debe decidir se seguirá adelante con esta medida.
Fuente: www.ambito.com