Francia y Rusia se sumaron ayer a Estados Unidos y apoyaron una exención de las patentes de las vacunas para ayudar a países de menores recursos a conseguir más dosis y acelerar la inmunización en medio de un agravamiento de la pandemia, pero el rechazo de Alemania puso en duda la viabilidad de esta iniciativa.
“La sugerencia de Estados Unidos de suspender las patentes de vacunas contra el covid-19 tiene importantes implicaciones para la producción de vacunas como un todo”, afirmó una portavoz de la canciller alemana Angela Merkel, quien añadió que “la protección de la propiedad intelectual es una fuente de innovación y debe seguir siéndolo en el futuro”.
Agregó que “los factores limitantes en la producción de vacunas son la capacidad de producción y los altos estándares de calidad, no las patentes”.
Alemania es sede de BioNTech, que desarrolló junto a Pfizer la primera vacuna contra el covid-19 en ser aprobada el año pasado en los países occidentales.
Justamente BioNTech señaló ayer que “las patentes no son el factor limitante para la producción o el suministro de nuestra vacuna. No incrementarán la producción global ni el suministro de las dosis a corto y medio plazo”.
Su socia Pfizer, que provocó revuelo internacional cuando trascendió que exigió a países en desarrollo activos soberanos como aval para venderles su producto, se expresó en la misma línea. Su titular, Albert Bourla, afirmó no estar “para nada de acuerdo” con el planteo de la Casa Blanca. Esta empresa estadounidense preveía hasta hace poco facturar 15.000 millones de dólares este año, pero pa demanda de su vacuna elevó esa proyección a 26.000 millones.
“Una exención es una respuesta simple pero equivocada a esta situación compleja”, dijo en un comunicado la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (Ifpma). “No incrementará la producción de vacunas y no aportará las soluciones prácticas necesarias para combatir esta crisis sanitaria global”, agregó.
Pese a los dichos de Merkel y a la presión de los grandes laboratorios, la propuesta estadounidense modificó el tablero y, según fuentes diplomáticas, puede implicar un cambio radical en la materia.
“Recibo calurosamente la disposición (de EE.UU.) a trabajar con los proponentes de la suspensión temporal de las patentes para ayudar a combatir la pandemia de covid-19”, sostuvo en un comunicado Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la OMC. “Necesitamos responder urgentemente porque el mundo está mirando y hay gente muriendo”, alertó la jefa del organismo con sede en Ginebra, Suiza.
En tanto, el respaldo de Francia, Rusia y China, países líderes en la producción de vacunas, constituyó un elemento esperanzador. “Por supuesto que Rusia apoyaría una idea así”, dijo el presidente ruso, Vladímir Putin.
Desde Italia, el primer ministro Mario Draghi afirmó que “las vacunas son un bien común mundial. Incrementar su producción, garantizar su seguridad y derribar los obstáculos que limitan las campañas de vacunación es una prioridad”, dijo.
Con todo, Francia hizo equilibrio con sus socia Alemania y el presidente Emmanuel Macron expresó que la suspensión de las patentes “no es una panacea”.
El juego diplomático está desatado. Pese a la oposición alemana y la ambigüedad francesa, la Unión Europea dijo por primera vez estar “abierta” a discutir la cuestión.
“La Unión Europea está dispuesta a discutir cómo la propuesta de Estados Unidos de una suspensión temporal de la protección de la propiedad intelectual de la vacunas contra el covid-19 podría ayudar”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, poder ejecutivo de la UE, Ursula von der Leyen. Sin embargo, la funcionaria azuzó a la Casa Blanca al instarla a “trabajar para que los países productores de vacunas permitan a corto plazo la exportación y eviten medidas que distorsionan las cadenas de suministro”.
Fuente: www.ambito.com