27-04-2025 10:02 am
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El juez Guillermo José Vega y su conmovedora experiencia en el funeral del Papa Francisco

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Desde la emblemática Plaza de San Pedro, en el Vaticano, el presidente de la Junta Federal de Justicia de Paz, el entrerriano Guillermo Vega compartió una emotiva entrevista en la que relató su inesperada experiencia durante el funeral del Papa Francisco.

Vega, juez de Paz de la ciudad de Santa Elena, había viajado a Roma con la esperanza de asistir a una audiencia con el pontífice, un deseo que no pudo concretarse debido a la delicada salud del líder religioso. Sin embargo, el destino le tenía reservado un momento aún más trascendental: presenciar el último adiós a Francisco.

«Fue una casualidad de Dios», afirmó Vega, describiendo con profunda emoción el instante en que se enteró del fallecimiento del Papa y la posterior oportunidad de despedirlo personalmente. Estar tan cerca del féretro, en medio de una multitud congregada para rendir homenaje, lo conmovió profundamente. «Un regalo de la vida», expresó, destacando la magnitud del acontecimiento histórico y el impacto emocional del momento.

Más allá de la solemnidad del funeral, Vega también reflexionó sobre el legado que deja el pontífice, resaltando su mensaje de humildad, sencillez y esperanza. «Tenemos que ser mejores», instó, evocando las palabras de Francisco sobre la necesidad de transformar el mundo con humanidad y compasión. La atmósfera en la Plaza de San Pedro reflejaba precisamente esos valores: una combinación de tristeza y paz entre los asistentes. «La gente está muy compungida, pero con mucha paz», señaló el juez, haciendo énfasis en el respeto y la unión que se vivió en el lugar.

La imagen de banderas argentinas ondeando entre la multitud reforzó el sentimiento de conexión con el Papa, quien siempre mantuvo un vínculo cercano con su país natal. Para Vega, aquel instante simbolizó el cierre de una etapa trascendental para la humanidad, un momento de reflexión profunda sobre el mensaje que Francisco deja al mundo.

El juez finalizó su testimonio con palabras de gratitud, expresando la importancia de haber compartido su vivencia y reafirmando su compromiso de seguir el ejemplo del Papa en su labor y en su vida personal. «Es una experiencia que me acompañará siempre», concluyó, emocionado por haber sido testigo de un evento que quedará grabado en la historia.

Una cruz bendecida por el Francisco

Ante esta situación, el sacerdote entrerriano Gabriel Viola, de Colonia Nueva y parte del cuerpo diplomático, le ofreció ayuda. «Se me ocurrió decirle si podía dejarle una cruz para que el Papa la bendijera. Él accedió y me dijo: ‘Vamos a hacer todo lo posible’.» La cruz, hecha de madera del histórico muelle de Santa Elena, llevaba también una imagen de Santa Elena.

Vega se encontraba en Barcelona cuando recibió la triste noticia del fallecimiento del Sumo Pontífice. «Entró la secretaria a las 7:30 de la mañana y nos dio la triste noticia. Ahí arrancaba otra historia porque teníamos que volver a Roma para buscar esa reliquia de la Iglesia que tenía que volver a Santa Elena», narró al programa GPS.

Al llegar nuevamente al Vaticano, “en la puerta Santa Ana, de acceso al Estado Vaticano, ya había muchísima gente. El sacerdote argentino nos hace señas y me trae la cruz y la imagen”.

“Me vine con esa cruz, que fue uno de los últimos actos que llevó adelante Francisco. Va a quedar en la parroquia de Santa Elena. Fue hecha con madera del muelle histórico. Los chicos del colegio técnico Fernando Torres Vilches, por una iniciativa de la Iglesia de Santa Elena, tomaron esa idea para elaborarla.”

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