En julio se aplicarán las primeras dosis al personal que no es de riesgo. La Cámara electoral la exige para las autoridades de mesa. Como será el protocolo.
ste miércoles el Senado sancionará la ley que corre un mes las elecciones primarias y generales con apoyo del Frente de Todos y Cambiemos, para que se realicen el 12 de septiembre y el 14 de noviembre, y en el Gobierno creen que si continúan llegando vacunas al ritmo de las últimas semanas ambas contiendas tendrán a la mayoría de las personas inmunizadas.
De ser así, quedaría cumplido el pedido de vacunar a las autoridades de mesa que hace un mes le realizó el presidente de la Cámara Electoral Santiago Corcuera al ministro del Interior Eduardo «Wado» De Pedro.
La respuesta quedó en manos del Ministerio de Salud y la expectativa de la Casa Rosada es que no sea necesaria. «El ministro nos dijo en la última reunión que será un tema de (Carla) Vizotti y esperamos una contestación», anticiparon fuentes de la Cámara.
La carta fue el 15 de abril y no admite chances de votar si no hay vacunas para «las autoridades de mesa», pero exige además una lista de personas inmunizadas para priorizarlas al momento de elegirlas.
La oposición puso el grito en el cielo por una posible maniobra para copar las mesas con militantes vacunados y fuentes del Gobierno aseguraron a LPO que hay confianza en que en agosto se trate de un debate estéril porque no haya argentino sin haberse dado al menos un pinchazo contra el Covid 19.
Para evitar esa situación el ala dura de Cambiemos, referenciada en Mauricio Macri y Patricia Bullrich, resistía modificar el cronograma electoral, pero cedió ante la presión de Horacio Rodríguez Larreta y la UCR. Pesó la indefinición de candidatos en distritos claves como Buenos Aires.
La esperanza del oficialismo se funda en la llegada masiva de vacunas en junio, a partir del arribo paulatino de las 22 millones de dosis comprometidas por AstraZeneca y del remanente de rusa Sputnik V que se esperaba hace unos meses. Aunque en la Rosada aceptan que esta última versión sigue trayendo más problemas burocráticos que los esperados.
ambién hay expectativa en las negociaciones con la soberana de Cuba para que terminen de vacunarse a los grupos de riesgo este mes y en julio empiece el resto de la población. «La aplicación será en forma escalonada, de los más grandes a menores de edad», confirmó la jefa de gabinete del ministerio de Salud Sofía Tarragona, en diálogo con radio FutuRock.
Lo cierto es que la carrera entre la vacunación y el cronograma electoral será un nuevo reto del Gobierno desde el jueves, cuando reglamente la ley con las nuevas fechas para votar. El trámite que sigue es que la Cámara Electoral lo ratifique en otra resolución, acompañada de las nuevas recomendaciones para evitar contagios.
Corcuera comparte la Cámara junto Alberto Ricardo Dalla Vía y Daniel Bejas y el trío se reuniría con Wado en las próximas semanas para exigirle al menos una orden de prioridad para las autoridades electorales por si el arribo de las dosis una vez más no es el esperado.
Con el consenso político garantizado para mover las fechas de las elecciones, el Gobierno y la Cámara Electoral comenzaron a diseñar un protocolo de votación para prevenir contagios, anticipado por De Pedro en su última exposición en el Senado.
Hay consenso para aumentar la cantidad de escuelas de votación 15 a 19 mil, limitar a 8 mesas por establecimiento, que deberán ser cuidadosamente elegidos. Será necesario que tengan espacios de aire libre para que la gente espere y, en la posible, una puerta para entrar y otra diferente para salir.
Estudian establecer una franja horario con prioridad para «grupos de riesgo», que sería en las primeras horas del día. Podría votar en cualquier otro momento, pero sin privilegios. Ya está definido que habrá un «delegado sanitario» por escuela para atender cualquier contratiempo.
De todos modos, la idea está en estudio porque algunos sanitaristas que circulan por Olivos entienden que la definición de grupos de riesgo debe adaptarse más a la población inmunizada que a los criterios originales de edad y enfermedades preexistentes.
Citan episodios insólitos como las sesiones de la Cámara de Diputados en las que los más viejos se aplicaron las dos dosis y debaten por zoom y el resto va al recinto y se contagia al salir.
Las autoridades de mesa pedirán el DNI pero no será necesario que lo retengan cuando el elector ingrese al cuarto oscuro. Y se abastecerán de un arsenal de elementos sanitizantes.
Los camaristas pusieron algunos límites a los cambios, como el de sostener 60 días de diferencia entre cada elección, porque entienden que sólo así es posible completar el complejo escrutinio de las primarias, que es donde se definen los candidatos para las generales.
De esta manera, no será fácil que las internas abiertas, defendidas a rajatabla por el kirchnerismo y el PRO, vuelvan a celebrarse en septiembre de 2023. La Constitución establece que las generales para elegir un presidente sean 60 días previos al mandato del anterior y el ballotage hasta 30, por lo que mover las fechas no será sencillo.
El otro reparo fue en el horario de votación. El Gobierno sondeó la posibilidad de extenderlo pero los camaristas se negaron, por la dificultad que traería cumplir en menos tiempo con la logística previa y posterior a los comicios. Sólo se podrá elegir a los candidatos preferidos de 8 a 18. Como siempre.
Fuente (La pagina politica)