El encuentro clave en Europa y el número al que todos le temen

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Comenzó la gira europea y la visita a Macrón es lo más importante. Lo que más preocupa, sin embargo, es la inflación: hoy se conoce el Índice de abril. El peso de los subsidios.

El gobierno reclamará al Club de París en la gira presidencial por Europa, la aplicación de un «Puente de Tiempo», para no entrar en default: y que se le acepte al país una especie de «waiver» especialmente diseñado para la Argentina, para no caer en default el 30 de julio. Para esto, Argentina le explicará a los que tienen que tomar la decisión dentro del organismo financiero que representa a un grupo de acreedores mundiales, la mayoría países desarrollados; que efectivamente y de «buena fé», el país está negociando con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un acuerdo de Facilidades Extendidas. Pero que estas conversaciones no podrán llegar a buen puerto antes del vencimiento del 30 de julio; con lo cual el Club de París debería esperar unos meses más hasta discutir una prórroga de los vencimientos por unos U$S 2.400 millones que se le deben a los estados acreedores nucleados en ese organismo. El planteo no es una novedad. Fue lo que en abril pasado explicó con detalles Martín Guzmán ante sus pares de Alemania, España, Italia y Francia.

Lo importante del planteo es que ahora será Alberto Fernández el que pedirá el «Puente», dándole volumen político al pedido del ministro de Economía argentino. Se sabe que las noticias sobre las tormentas internas entre Guzmán y el kirchnerismo puro y duro llegan a Europa, y que todos los acreedores ya saben del enfrentamiento del ministro y la vicepresidente. Y no sólo en temas vinculados a las tarifas de servicios públicos, sino también al caso que los ocupa: el dinero que Argentina les debe. Aquí radica entonces la importancia del viaje del jefe de Estado y su ministro.

El Presidente argentino defenderá personalmente al funcionario como el único referente de su gobierno para negociar todos los capítulos contenidos en la deuda externa. Sucede que las noticias sobre los desacuerdos locales sobre los criterios de las negociaciones con el FMI llegan a las capitales europeas; con lo que la confirmación de Alberto Fernández sobre la autoridad del ministro para hablar de la deuda y exponer las posiciones del país, será un espaldarazo importante para Guzmán. Suponen los argentinos que el Club de París será condescendiente con la posición que llevan a Europa Alberto Fernández y Martín Guzmán. Se especula con que el reclamo que proponen el Presidente y su ministro de Economía es razonable en medio de un panorama mundial donde la Pandemia hace estragos. Y que no se trata de un default sino de un pedido de extensión de los vencimientos hasta que lleguen las novedades de la negociación con el FMI.

El encuentro más importante 

La reunión donde más se discutirán las negociaciones por la deuda con los estados del G-7; será la que protagonicen Fernández con el jefe de Estado francés Emmanuel Macron, en un meeting donde compartirá cartel con el ministro de Economía de ese país, Bruno Le Maire; la persona que  por tradición desempeña el cargo de titular del Club de Paris. El jefe de Estado tendrá la misión, ineludible e indelegable, de explicarle en serio a sus anfitriones; si el plan que detalladamente Guzmán le desplegó a Le Maire hace más de 20 días, es el mismo del gobierno argentino. Una vez terminada la reunión con los funcionarios franceses, y de ratificada su estrategia, Guzmán tendrá su reunión más importante de la gira europea. En la escala romana lo espera para entablar un largo dialogo con la titular del FMI, Kristalina Georgieva.

Los términos del encuentros serán duros y definitorios. La búlgara quiere saber que tan profunda es la buena fé del gobierno argentino, y que tan seria en la promesa de Guzmán de discutir en serio el cierre de las negociaciones con el FMI para alcanzar una Carta de Intención en los términos en los que Guzmán venía negociando. Esto es, un acuerdo a 10 años, con la tasa de interés habitual que aplica el FMI para los casos de Facilidades Extendidas y que, en el caso que se habiliten tiempos más largos en el futuro, se incorporen en un cláusula extra a incorporar en el acuerdo Facilidades Extendidas.  

Inflación sigue complicada 

Mientras tanto, en Buenos Aires, esta semana se conocerá un dato más, del problema más importante que tiene la economía argentina: la inflación. El jueves 13, el INDEC, dará a conocer la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente a abril, y se espera que el dato se ubique nuevamente en el complicado y peligroso 4% mensual. Al menos esto es lo que pronosticaron ya las consultoras privadas; que, hasta aquí, están teniendo un buen 2021 en cuanto a la anticipación del dato oficial. Si se confirmara este resultado, y aunque sea un alza menor al 4,8% de marzo pasado, durante los primeros 4 meses del año el incremento se ubicaría entre el 16,5 y 17%; proyectado para todo el 2021 un alza no menor al 40%, acercándose incluso más al 50%.

Promete Martín Guzmán que a partir de mayo la aceleración irá calmándose, y que hacia delante se verán indicadores menores. Y que el primer indicio será un mayo más moderado, más cerca del 3%. Tendrá que acertar el ministro de Economía. Del otro lado de la todavía trinchera, espera agazapado el kirchnerismo puro y duro, quién endilga al ministro las responsabilidades directas de la hasta ahora poco exitosa política antiinflacionaria.

El nivel de los subsidios

Se sabe que el principal tema de conflicto entre el ministro Martín Guzmán y el kirchnerismo es hoy la política tarifaria. Y, dentro de ella, el nivel de subsidios que debe enfrentarse con los ingresos públicos; y lo complicado que resulta el volumen de dinero que aplica el estado, para contener el alza de las tarifas para sostener una política de búsqueda del equilibrio fiscal. El último informe de Ecolatina, da luz sobre el problema, analizando que incluso el dinero que el estado destina para este fin, viene aumentando en lugar de disminuyendo. Según la consultora, que alguna vez dirigieron Roberto Lavagna y su hijo Marcó, El Estado de los subsidios «Los subsidios económicos saltaron más de 100% en 2020 y crecieron casi 80% i.a. en el primer trimestre del 2021, duplicando a la inflación. Se desprende de estos números cómo vienen ganando peso como porcentaje del PBI, pasando de 1,6% en 2019 más de 3% este año. Esta dinámica encendió algunas luces de alerta hacia el interior del Ministerio de Economía, desnudando las distintas miradas existentes».

Se pregunta luego Ecolatina «en este marco, es importante repasar algunos aspectos de esta línea del gasto: ¿qué se subsidia en Argentina? ¿quiénes se ven beneficiados por las tarifas baratas? ¿cómo se financian estas partidas?». La respuesta asombra. Para la consultora «La Administración Pública Nacional paga actualmente subsidios por la importación, generación, transporte y distribución de energía eléctrica y gas; por el consumo residencial de garrafas; al transporte automotor, ferroviario y aerocomercial; y a otros (sector agropecuario e industrial, provisión de agua y saneamiento y otras empresas públicas). De estas transferencias, las que tienen un mayor peso son las destinadas a abaratar los servicios energéticos, disociando el costo de la electricidad y el gas del precio pagado por los hogares. El año pasado, los subsidios energéticos representaron tres de cada cuatro pesos gastados en transferencias económicas corrientes a empresas públicas, fondos fiduciarios y el sector privado, siendo equivalentes a casi el 2% del producto».  

Conclusiones sobre tarifas 

Lo más importante del análisis de Ecolatina, son las conclusiones de su trabajo. Sin mayores vueltas, afirma que «Por su carácter pro-rico, los subsidios actuales no representan el mejor uso posible de estos recursos: si el objetivo fuera ayudar a los sectores vulnerables o estimular su demanda, existen herramientas más idóneas para hacerlo. Por llevarlo al extremo, si se eliminaran completamente los subsidios energéticos, podría recortarse en 7 puntos la alícuota del Impuesto al Valor Agregado o más que quintuplicarse la Asignación Universal por Hijo, ya focalizada en las familias de menores recursos».

 Habla además del capítulo más importante para la balanza fiscal y comercial, el volumen de dinero que habría que gastar si llegara el momento de comenzar a financiar las importaciones de combustibles. Recuerda Ecolatina que entre 2004 y 2013 estas compras al exterior, fundamentalmente de gas, se multiplicaron por 12 y provocaron que «de un superávit de USD 6.000 millones por esta vía en 2006 a ser un importador neto de energía por más de USD 7.000 millones en 2013». Ahora «pensando en el bajo nivel de Reservas netas y los compromisos con organismos multilaterales de crédito que hay por delante, podemos afirmar que los subsidios son un gasto ineficiente, costoso en pesos y dólares, en un país con un déficit fiscal y una necesidad de divisas importantes». Finalmente Ecolatina menciona que «aumentar las tarifas puede ser indeseable en lo inmediato y afectar al humor electoral. Sin embargo, si su congelamiento demanda crecientes recursos fiscales y de dólares, el resultado podría ser incluso peor: mayores expectativas de devaluación o un salto de los tipos de cambio paralelos afectarían más al humor electoral que una actualización del precio de los servicios públicos». 

Fuente (mdzol)

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