“Ahora inventaron lo de un presupuesto secreto de 3.000 millones de reales. Estos tipos no saben de qué hablar”, declaró Bolsonaro en la noche del martes al ingresar a su residencia del Palacio de Alvorada, en Brasilia.
En plan de broma, y sonriente, Bolsonaro comentó que lo único que les falta a sus adversarios es acusarlo de que “acá tengo escondidas tres millones de latas de leche condensada”.
Según O Estado, el presidente montó un esquema que permitió desviar dinero del presupuesto de la Unión, el que terminó siendo usado parlamentarios para la compra de tractores y máquinas agrícolas. Estos bienes fueron comprados con sobreprecios que llegaron a superar en hasta 250% los valores de mercado.
“¿Cómo es posible que un presupuesto que fue discutido durante tres meses recién ahora aparezcan 3.000 millones secretos? Solo los canallas de O Estado de São Paulo podían escribir eso”, disparó.
El diputado Iván Valente, del opositor Partido Socialismo y Libertad (PSOL), propuso una comisión parlamentaria para investigar el caso.
En tanto, el Gobierno también sufre por la investigación del Senado en curso acerca de su manejo de la pandemia. En ese sentido, fuentes políticas señalaron que el exministro de Salud Eduardo Pazuello no aceptó la oferta de vacunas contra el covid-19 por parte de Pfizer el año pasado porque creía que Brasil debía depender de las inyecciones británicas y chinas fabricadas en el país.
Cientos de miles de muertes más tarde, con Brasil muy escaso de vacunas, el general en actividad fue convocado por la comisión parlamentaria de investigación que indaga en la cuestión. Su declaración podría ser sumamente dañina para Bolsonaro y hasta posible fuente de un juicio político
Fuente: www.ambito.com