Vestido con un traje oscuro y corbata azul claro, añadió que el país, con economía dolarizada y 17,5 millones de habitantes, será insertado “plenamente en el mundo para buscar un comercio libre y justo”.
Sin mencionar a Correa (2007-2017), Lasso expresó que otros gobiernos ecuatorianos “en medio de tanta rencilla y lucha intestina cedieron a la peor de las debilidades políticas: la tentación autoritaria”. “Iniciamos la lucha para recuperar el alma democrática de nuestro país”, aseguró el exbanquero de derecha al afirmar que “se acabó la persecución política en el Ecuador”, un mal que se le achaca al correísmo.
Líder del movimiento Creando Oportunidades (CREO), Lasso hereda un país en crisis económica, social y sanitaria: Ecuador es la séptima nación de Latinoamérica con más casos de covid-19 (418.851) y muertos (20.193), según cifras oficiales. “Hoy recibimos un país con históricos niveles de desempleo, un país que ha deslumbrado por su incapacidad para hacer frente a una pandemia brutal”, dijo el nuevo gobernante en el acto de investidura, al que asistieron los mandatarios de Brasil, Jair Bolsonaro; República Dominicana, Luis Abinader; y Haití, Jovenel Moise, así como del rey de España, Felipe VI.
Entre diciembre de 2019 y marzo pasado, el desempleo en Ecuador pasó de 4,6% a 5,5%, mientras que la pobreza por ingresos aumentó de 25% en diciembre de 2019 a 32% en el mismo mes de 2020, de acuerdo con el saliente gobierno del impopular Lenín Moreno, quien había ganado la presidencia impulsado por Correa antes de pasar a ser su oponente.
Lasso, miembro del Opus Dei, añadió que su gobierno tiene la tarea de “crear un atmósfera positiva para el trabajo y el crecimiento”.
Con una aceptación del 60,5% de los ecuatorianos, el exbanquero llega al poder en su tercer intento desde 2013, tras derrotar en el balotaje al delfín del correísmo, el economista Andrés Arauz, por 4,72 puntos. Tras una década de inestabilidad institucional (1997-2007), en la que Ecuador tuvo siete presidentes -tres de ellos derrocados- y de la era correísta, Lasso es el primer derechista en llegar al poder.
Sobre el impacto de la pandemia, Lasso, quien se apoya en un bastón para caminar debido a una mala práctica médica, advirtió que tiene por delante “meses difíciles”.
Lasso gobernará con el control del Legislativo, obtenido por alianzas de su movimiento CREO con sectores de centro e izquierda, pero sin mayoría absoluta en el Congreso. Ha anticipado alianzas público-privadas y concesiones para obtener recursos para la economía ecuatoriana, dependiente del petróleo, que en 2020 decreció en 7,8% y carga una deuda externa e interna equivalente a 63% del PBI (61.300 millones de dólares).
El Fondo Monetario Internacional (FMI) es el principal financista de Ecuador a cambio de reformas estructurales, pero sectores sociales se oponen a alzas tributarias y planes de privatización.
Fuente: www.ambito.com