Analistas creen que el escándalo de Olivos golpea al FDT en moderados e indecisos

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El caso podría tener mayor impacto en provincias más adversas para el peronismo y donde necesitan atraer el voto blando.

l gobierno de Alberto Fernández parece no encontrar la forma de salir del escándalo por las reuniones sociales en la Quinta de Olivos durante la cuarentena y en el oficialismo empieza a preocupar el impacto electoral que el caso podría tener en las primarias del 12 de septiembre próximo.

A un mes de ir a las urnas, el escándalo del cumpleaños de Fabiola podría concentrar la atención de la campaña y parece que al oficialismo le complicará los movimientos. Este viernes a Alberto lo esperaron en Olavarría con una numerosa protesta y carteles con la foto de la fiesta de Olivos. Todo un síntoma de lo que puede seguir.

En ese sentido, analistas creen que el caso podría golpear seriamente al Frente de Todos en su objetivo de seducir a sectores moderados e indecisos, que podrían inclinar la balanza de la elección. «En primera instancia esto genera mayor convencimiento a los opositores de por qué tienen que votar en contra de Alberto. Esto fideliza el voto opositor, que tiene más claro por qué no lo va a votar», explicó Cristian Buttié, director de CB Consultora.

A la espera de sondeos que midan el impacto del caso, Buttié cree que puede afectar especialmente entre los «indecisos duros», que son aquellos que tienen ninguna idea de a quién votar. En cambio, se considera «indecisos blandos» a los que al menos tienen idea de a quien no van a votar. «Este tipo de noticias generan mucha indignación y eso sí puede impactar en el indeciso duro. El carácter simbólico o emocional penetra mucho en ese sector», detalla.

Al mismo tiempo, la noticia podría golpear entre los sectores moderados, que no se identifican con el oficialismo o la oposición, y son el principal objetivo del Gobierno para atraer votos. «Los núcleos duros están fidelizados, esto no le cambia nada. El verdadero desafío de esta o cualquier elección es atraer al 35 % del electorado que es moderado, pendular», dice Buttié.

El analista afirma que ese votante moderado que se inclina a uno u otro sector dependiendo el proyecto o la coyuntura económica «es más fácil de espantar» con este tipo de hechos. «Alberto había roto los límites del núcleo duro cuando durante la cuarentena tomó decisiones que caía bien, pero ahora con esto refuerza los límites para llegar a los moderados», detalló.

Buttié sostiene que esto podría afectar especialmente a los candidatos del FDT en las provincias más adversas, como Carlos Caserio en Córdoba y Anabel Fernández Sagasti en Mendoza. «No la tienen fácil y necesitan noticias positivas de parte del gobierno nacional», señala.

«Del engaño y de la decepción es muy difícil volver. Por algo Macri tiene mayor imagen negativa que positiva en todas las provincias, porque es una experiencia fallida. La decepción y la frustración tienen un carácter simbólico muy importante», completa Buttié.

Por lo pronto el caso no ha generado todavía ninguna reacción de los dos principales socios del FDT: el kirchnerismo duro y el massismo. Estos dos espacios son los que más se juegan en las próximas elecciones y, por ende, podrían ser los más afectados. Como admitió Víctor Hugo Morales, «es un problema que se ha comprado el Gobierno ante la opinión pública».

Otros analistas que se refirieron al caso y al posible costo electoral para el gobierno fueron Marcos Novaro y Sergio Berensztein. Éste último sostuvo que cree que el escándalo «puede perforar parte del votante duro del Frente de Todos que vivió situaciones extremas, pérdidas económicas, familiares».

«Lo que estamos viendo no es solamente la oposición jugándole duro al presidente. Sino que veo que dentro del Frente de Todos, los sectores más duros del kirchnerismo también están aprovechando este escándalo para debilitar al presidente», analizó Berensztein en radio Mitre.

Novaro por su parte hizo más hincapié en el costo para Alberto dentro de la alianza oficialista. «Hay un proceso interno que también está conspirando contra la confiabilidad de esta gestión. Ese proceso interno está animado por un diagnóstico que me da la impresión ya ha hecho Cristina y es difícil que lo cambie, que Alberto es parte del problema, que tenemos que resolver antes del 2023 porque este tipo nos está hundiendo», explicó.

Fuente (La pagina politica)

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