Le propuso hablarlo durante el viaje a la cumbre del G7 la semana que viene. Las opciones que discuten.
lberto Fernández tomó nota de la presión del Frente Renovador para que Sergio Massa marque distancia de la Casa Rosada. El presidente inició contactos con el tigrense y abrió una negociación para evitar que la crisis escale hasta una ruptura.
Fuentes del oficialismo dijeron que Alberto sintió el golpe de las advertencias en el massismo, que este medio reveló en exclusiva. Al presidente, dicen en la Casa Rosada, se lo vio muy preocupado.
«Alberto no puede perder a Sergio, tiene que hacer algo para que no se vaya», reconoció un funcionario que responde al mandatario.
Es que en la Rosada entienden que una renuncia de Massa a la presidencia de la Cámara de Diputados, como le piden algunos dirigentes de su espacio, sería un golpe casi letal para Alberto. Aún cuando el tigrense permanezca dentro del Frente de Todos.
Ante esta situación en las últimas horas Alberto abrió un canal de negociación con Massa y dejó abierta dos opciones para contenerlo.
La primera es darle más lugares en el gabinete a dirigentes del Frente Renovador. La segunda es discutir en profundidad la «reorganización» del gobierno que Massa le reclamó antes del viaje a Los Ángeles. Son dos ideas que no se contraponen y que podrían ir de la mano.
Alberto y Massa hablaron de la «reorganización» durante el viaje a la Cumbre de las Américas, pero el presidente nunca terminó de avanzar el tema. En el oficialismo creen que no avanza para no tocar al equipo económico que encabeza Martín Guzmán.
El presidente le propuso a Massa volver a discutir el tema durante el viaje de la semana a la cumbre del G7 en Alemania. En el massismo, no obstante, ya no confían en las charlas con Alberto. «Estoy cansado de que le dan la razón a Sergio y de que no le hagan caso», dijo ayer el ministro de Transporte bonaerense Jorge D’Onofrio al diario Clarín.
En el massismo siguen hablando de una reorganización del área económica con protagonismo y poder de decisión de Massa, a quien se lo mencionó insistentemente como un posible «superministro».
Pero Alberto parece haber obturado esa posibilidad con la designación de Daniel Scioli, enemigo acérrimo del tigrense. En el Frente Renovador creen que ese cambio en el Ministerio de Desarrollo Productivo fue una manera del presidente de cancelar el pedido de crear una estructura única en el área económica con Massa a la cabeza.
Fuente (La politica online)