Lentamente el Presidente Alberto Fernández va recuperando la centralidad de la campaña. Tal como sucedió en la primera etapa antes de las PASO. En ese camino está tratando de buscar un equilibrio entre los consejos de marketing político, las señales internas hacia los actores de poder que tiene la coalición y su percepción sobre los movimientos estratégicos que debe realizar para recuperar autoridad frente al electorado.
Durante esta semana el Gobierno tiene que definir los últimos detalles del acto por el Día de la Lealtad, una fecha muy significativa para el peronismo, en la que la dirigencia suele tratar de mostrar unidad y territorialidad. Así será, aunque aún no está completamente definido si habrá un solo acto o dos, y, si en el caso de haber dos, el Jefe de Estado estará presente en ambos.
Hasta el momento está en marcha la coordinación de dos actos. El primero será el domingo 17 de octubre y la organización estará a cargo del Partido Justicialista (PJ). Aún no está definida la sede, pero las opciones que se barajan son el Estadio Único de La Plata, donde el Frente de Todos ya ha realizado actos de campaña, o la cancha de Arsenal, en Sarandi.
ara ese acto está confirmada la presencia de Fernández, que tiene estipulado realizar el anuncio de un Plan Quinquenal de Construcción de Viviendas y brindar un discurso. Será la figura central de un acto al que asistirán intendentes, gobernadores y ministros. No habrá movilización de militantes.
El otro acto será un día después, el lunes 18 de octubre, y tendrá una movilización masiva. El evento fue propuesto y organizado por la Confederación General del Trabajo (CGT), que acordó sumar a los movimientos sociales a la marcha. De esa forma, entre ambos espacios, esperan mover a más de 200.000 personas en las calles porteñas. Volver a ganar las calles después de la pandemia. Aún no está definido si a ese acto irá el Presidente.
Dos actos
¿Por qué hacen dos actos diferentes? Desde el entorno de Fernández aclararon que el acto del domingo “será como un congreso partidario” que se hará en la fecha exacta que se conmemora el Día de la Lealtad. Un acto puramente político. Sin bombos ni banderas.
En el caso de la CGT, el consejo directivo resolvió hace tiempo modificar la fecha de la movilización para el lunes, debido a que ese domingo se festeja el Día de la Madre. Creen que lo más conveniente es volcarse a las calles, en forma masiva, en el inicio de la semana. La convocatoria se haría en el Monumento al Trabajo, ubicado en las avenidas Paseo Colón e Independencia.
“Ya se va acomodar lo de los dos actos. Debería pasar. Es de sentido común que hagamos un solo acto”, explicó a Infobae uno de los referentes más importantes de los movimientos sociales. Entre los organizadores entienden que lo mejor sería realizar un solo acto, en el que hable Alberto Fernández y sea el lunes. Un dirigente de extrema confianza del Presidente desestimó la posibilidad. “No va a ser así”, sentenció.
En el peronismo hay ciertas dudas sobre la decisión de realizar dos actos porque va en contra de la idea de mostrar unidos todos los sectores. Justamente esa fue la idea que intentaron plasmar las organizaciones sociales, el jueves pasado, en el acto que se realizó en la cancha de Chicago, cuando invitaron a representantes de La Cámpora, el sindicalismo y el albertismo, destacó el portal Infobae.
Más allá de la organización de dos actos, no hay dudas del apoyo unánime que la CGT le brinda al Presidente y la decisión de Fernández se recostarse sobre el colchón del poder sindical. En las últimas dos semanas se reunió en dos oportunidades con la cúpula de la central obrera y les pidió que lo ayuden a renovar las expectativas en la militancia y a intentar levantar cabeza en medio del turbulento andar de la gestión.
Luego de la crisis política del Gobierno y el recambio del Gabinete, el Jefe de Estado hizo un giro en la estrategia de campaña para intentar mostrarse más cerca de la gente. Comenzó con una serie de micro actividades en el conurbano bonaerense. Se trasladaba a una casa de familia, un club o un centro de jubilados para entablar una conversación más íntima con los ciudadanos.
Lapicera y cuaderno en mano, buscó bajar su perfil, alejarse de los discursos grandilocuentes y empezar a construir una nueva identidad presidencial. Durante varios días bajó su nivel de participación en actos, redujo sus salidas en los medios de comunicación y dejó atrás la confrontación en el contenido de su discurso.
Pero, el último jueves, durante el acto de los movimientos sociales en Chicago, rompió la estrategia y volvió al principio del camino. Participó nuevamente de un acto masivo, de los que quiere evitar porque entiende que son anacrónicos, y le habló a cerca de 40.000 personas que representaron, en conjunto, parte de la liturgia peronista más clásica.
Según explican quienes lo asesoran, el Presidente apuesta a un equilibrio entre los actos masivos, las actividades cara a cara y los anuncios importantes. Es decir, la reconversión en diferentes formatos de campaña ahora será parte de un fino equilibrio que Fernández tendrá que mantener en las próximas semanas para hablarle a todos los públicos. En especial a dos. El electorado, que son los que emiten los votos, y la política, donde están los dirigentes y los militantes, que son los que buscan los votos en el territorio.
Fernández trabaja para recuperar la autoridad perdida y reconstruir su gobierno, que recibió un fuerte golpe electoral y quedó desgastado después de la crisis política que generó Cristina Kirchner. Desandando ese camino apela a diferentes estrategias. Las que les recomienda el catalán Antoni Gutiérrez Rubí y las que necesita llevar a cabo para mantener el equilibrio de poder interno en el Frente de Todos.
Fuente (Análisis Digital)