La economía argentina atraviesa un período de alta sensibilidad marcado por un incremento preocupante en la cantidad de cheques rechazados por falta de fondos, un indicador que refleja la profundidad de la crisis financiera que golpea al país.
Según el Informe Mensual de Pagos Minoristas de octubre del Banco Central (BCRA), se registraron 108.979 cheques rechazados por “sin fondos suficientes”, lo que representa un aumento del 205,6% respecto de octubre de 2024. En total, durante el mes se compensaron 5,5 millones de cheques —físicos y electrónicos— por un monto de $21,6 billones, de los cuales el 81,9% correspondió a ECHEQ. La relación entre rechazos y cheques compensados fue del 2% en cantidades y del 1,5% en montos.
En diálogo con El Séptimo Día (Radio Plaza 94.7), Hernán Di Virgilio, productor de Acíndar Pymes SGR, explicó que la problemática central radica en una cadena de pagos rota. “Las causas fundamentales son dos: el costo financiero elevado —aunque las tasas han aflojado, siguen siendo altas y positivas— y la caída sostenida en las ventas de las empresas”, señaló.
El especialista advirtió que las pymes se han endeudado de manera considerable para sostener la plantilla de empleados y mantener la actividad. Sin embargo, el efecto dominó de un cheque rechazado puede ser devastador: “Cuando una pyme emite un cheque sin respaldo y el banco lo rechaza, te lo debita a la cuenta corriente. Si tenías otros cheques emitidos, también se rechazan si no hay fondos suficientes”.
Impacto sectorial y regional
La situación afecta a todos los rubros, pero el caso de la construcción es ilustrativo: empresas proveedoras de materiales que “no tienen venta” y enfrentan tasas financieras que asfixian la producción.
El impacto es aún más fuerte en las economías regionales. “En el interior, ciertas firmas grandes son el corazón económico de una localidad. Si se corta el ingreso de esa empresa, se corta el ingreso del kiosco, de la concesionaria o del que cobra el alquiler”, explicó Di Virgilio. En Entre Ríos, la diversificación agrícola amortigua parcialmente el golpe, pero “en los cordones industriales está más complicado”.
Di Virgilio comparó la crisis actual con momentos críticos como la internacional de 2009 o el final de la convertibilidad, aunque subrayó que esta vez “se está haciendo larga” y afecta a producción, comercio y servicios, motores de las economías regionales.
En cuanto a la operatoria, destacó que el cheque electrónico (ECHEQ) ya representa el 90% de los emitidos y que el Banco Central analiza eliminar el cheque físico a partir de diciembre. “El E-Cheque ofrece más trazabilidad y ayuda a formalizar la economía, pero el riesgo de default es el mismo: si la empresa no tiene fondos, da igual físico o electrónico”, advirtió.










