26-10-2025 10:59 am
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El profesor Julio Galera, en bici rumbo a Ushuaia: escuelas rurales en abandono y la “impresionante” riqueza del campo

El profesor de Historia paranaense, Julio Galera, ha emprendido un extenso viaje en bicicleta desde Paraná con destino a Ushuaia. En la entrevista de este domingo con el programa El Séptimo Día (Radio Plaza) compartió detalles sobre su travesía, destacando su paso por rutas alternativas y caminos de ripio, donde ha visitado escuelas rurales. Relató su sorpresa y tristeza al encontrar algunos establecimientos cerrados o abandonados, reflexionando sobre el impacto comunitario de estas pérdidas. Una historia que recién comienza y que podría culminar con un documental o un libro que incentive a otros a seguir este camino de aventuras.

“Salí de Paraná el 22 de septiembre y estoy yendo a Ushuaia. He elegido rutas por caminos alternativos, rutas de ripio, con poco tránsito, aunque en realidad hay bastante tránsito de camiones y maquinaria agrícola. Allí hay escuelas; visité dos, una con ocho alumnos y la otra con seis. En otra, estuve con la maestra, pero los chicos ya se habían ido, y en otra estaban cortando el pasto. También me sorprendió un par de escuelas que estaban cerradas”, lamentó Julio.

“Son escuelas abandonadas porque no tienen mantenimiento ni alumnos y empiezan a ser poco a poco depredadas -describió-; les empiezan a sacar las ventanas, las puertas. La verdad es que da mucha pena. Por ejemplo, pasé por una que tenía una placa de 75 años cumplidos hace unos años y te da como una angustia. Las escuelas rurales que conozco han sido construidas en gran medida por la comunidad, por los vecinos de la zona, haciendo rifas. Imagínate que alguno de ustedes haya sido alumno de esas escuelas y un día pasa y la escuela está en ruinas, da un poco de tristeza. Entiendo que haya pocos alumnos, que el presupuesto no alcance, que haya caído la natalidad, que en el campo se necesiten menos empleados o que la gente prefiera la ciudad. Entiendo todo, pero igual me da tristeza”.

—¿Y qué te dicen tus colegas con los que charlás?

—Sienten lo mismo que yo: tristeza, desolación. De cualquier manera, el campo entrerriano produce una riqueza impresionante: pollo, carne, cereales, fruta, quesos, leche. La producción se ve activa, pero no termino de entender exactamente en qué se invierten los recursos, ni tampoco entiendo por qué las escuelas deberían cerrarse o los edificios abandonarse.

—Ya estás cruzando Entre Ríos, pensando en Buenos Aires. Y después se te une un amigo que viene desde Medellín en bicicleta.

—En el verano fui a Brasil en bici, a Torres, y a la vuelta por Misiones, por la ruta 14, lo conocí a Luis, un colombiano que venía en bici. Nos conocimos cerca de la cruz sobre el río Uruguay o un poco más al sur en Yapeyú, donde está la casa materna de la familia de José de San Martín. Seguimos pedaleando juntos, se quedó un par de días en casa y el sueño de él era ir a Ushuaia. Yo estaba esperando jubilarme y le dije: «Mirá, Luis, si me jubilo antes de julio, agosto, septiembre, quizás voy con vos».

Apenas llegué en febrero, me metí al gimnasio a entrenar piernas, brazos y espalda, lo necesario para sostener una travesía de este tipo, y empecé a pensar que era posible. Tengo amigos en el sur, en Puerto Madryn, en Comodoro Rivadavia, en Ushuaia, así que voy a ir por la costa atlántica. Ya he hecho este tipo de cosas antes; en 2006 o 2007 me fui a Viña del Mar en bicicleta con un grupo de amigos. Y antes, hace 25 años, con mis alumnos de la escuela Raúl Scalabrini Ortiz, habíamos armado un grupo que se llamó «Locos por la vida» y promocionamos cuestiones relacionadas con la salud. En ese entonces empezó a aparecer el tema de la bulimia y la anorexia, te estoy hablando del año 1998, 1999. Yo conocía todo el territorio de la provincia porque había estado coordinando el Senado Juvenil, así que tenía un conocimiento claro de todo y pude armar esa actividad con los chicos de la escuela pública.

—¿Qué preparación física necesitás para este recorrido en bicicleta?

Me he preparado fuerte, mucho y a conciencia. Necesitas trabajar en el gimnasio, hacer trabajo de fuerza, sobre todo con las piernas, porque llevas 40 o 45 kilos más el peso de la bicicleta, más tu peso. Estoy preparado. Además, te cuento, yo estuve operado del corazón un par de veces, así que los estudios me tienen que dar muy bien. Estuve haciendo una ergometría, todos los estudios para estar tranquilo y que los médicos me den el visto bueno.

—¿Están muy peligrosas las rutas en Entre Ríos para transitar? Con la falta de banquinas debe ser complicado.

Sí, se complica. Tenés que llevar un espejo a tu izquierda, monitoreando permanentemente para atrás, bajándote a la banquina y dejando pasar los camiones y algunos vehículos que pueden no estar viéndote. Vas permanentemente atento, tienes que estar muy bien porque si estás muy cansado puedes perder el equilibrio o la atención, así que voy con mucha prudencia.

—¿Esto va a terminar en algo, además de la experiencia en sí?

—Podría terminar en un pequeño documental o en algún pequeño libro contando la experiencia y animando a otros a hacerla, quizás.

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