El abogado Eduardo Gerard compartió detalles en el programa «Simplemente Inocente», que se emite todos los jueves de 13 a 15 por Vorterix Litoral, sobre un caso de falsa denuncia que culminó con el sobreseimiento de su defendido. El hecho ocurrió en Paraná.
La entrevista arrojó luz sobre la «enorme impotencia» que genera un proceso judicial iniciado con acusaciones graves sin sustento probatorio, y la importancia de que la justicia actúe con rigor en la investigación de estos hechos.
El abogado Eduardo Gerard relató cómo el pasado martes, el juez de garantía de Paraná, Elvio Garzón, dispuso el sobreseimiento de un joven que había sido acusado por la pareja de su padre de «privación ilegítima de la libertad y ciertos hechos de violencia». Las acusaciones iniciales, que datan de enero de 2024, incluían delitos de «amenazas calificadas, robo con arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera tenerse por acreditada y privación ilegítima de la libertad», todos de «suma gravedad».
Desde el inicio, Gerard sostuvo que la denuncia era «mentira», una «declaración lisa y llana de una falsedad». Durante casi dos años, su equipo defendió al joven de hechos que, según pudieron demostrar, no solo no existieron, sino que la «agresión, la violencia, la persecución» eran en sentido inverso.
La denunciante mantenía un «encono personal» con el cliente y su hermana desde hacía más de diez años, lo que había derivado en «numerosas causas, inclusive algunas penales y otras tramitaron en el juzgado de familia». Entre los antecedentes, se mencionaron el incendio de un vehículo y altercados en tribunales.
Gerard describió el relato de la denunciante como «casi inverosímil» y similar a una «historia de ciencia ficción». La supuesta víctima afirmó haber sido abordada por dos hombres (uno de ellos, el defendido) en un auto, amenazada con una 9 mm, gatillada, robada y luego abandonada. El abogado enfatizó que, de haber ocurrido, habría sido una «gran conmoción para la ciudad de Paraná».
Lo más preocupante, según el letrado, fue que la Fiscalía llevó adelante la acusación basándose «solo con la versión de la supuesta víctima», sin otra evidencia. La denunciante tenía un historial de «crear Facebook truchos, publicar fotos de las personas con todo tipo de mensajes denostantes, ofensivos, vejatorios», y de presentar «distintas denuncias» falsas.
El resultado del proceso fue un sobreseimiento «sumamente favorable» dispuesto por el doctor Garzón, a solicitud de la defensa, por «inexistencia del hecho». Esto, según el artículo 397, inciso primero del Código Procesal Penal, implica una «certeza negativa», es decir, la «certeza de que es inocente de que el hecho no pasó».
Eduardo Gerard y su cliente experimentaron una «enorme impotencia» al ver que una causa tan grave avanzaba sin ninguna evidencia, especialmente cuando las denuncias previas de su cliente y su madre no habían tenido el mismo acogimiento. «Nosotros somos los que tenemos que dar todas las respuestas», afirmó Gerard, lamentando que la balanza se inclinara desfavorablemente para el «principio de justicia y de equidad».
La imputación de un delito tan grave genera una «incertidumbre» en la persona inocente, que debe vivir con la posibilidad de ir a juicio por algo que sabe que no cometió.
¿Qué Sucede con las Denuncias Falsas?
Ante la preocupación de los oyentes, que manifestaron su «indignación» por la situación, Gerard explicó que las denuncias falsas pueden constituir el delito de «falsa denuncia» y dar lugar a un proceso penal, además de un proceso civil por daños y perjuicios.
Sin embargo, en este caso, el cliente de Gerard no tiene la intención de iniciar ninguna de estas acciones. Su único deseo es «vivir en paz» y evitar seguir «incentivando esta beligerancia» que parece ser el «motor» de la vida de la denunciante. La esperanza es que este fallo sirva como un «límite para ese hostigamiento».
La entrevista con Eduardo Gerard en «Simplemente Inocente» subraya la complejidad y los desafíos que enfrentan las personas acusadas falsamente, así como la responsabilidad crucial del sistema judicial para investigar rigurosamente y evitar los «daños que se generan» tanto a los acusados como a sus familias y, en última instancia, a la credibilidad de la justicia misma