Invasión Rusa: “Los efectos en la Economía Mundial”.

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El año 2022 prometía ser el año de crecimiento en las economías del mundo. Los países desarrollados estaban en curso de superar el nivel de actividad económica previo al covid-19, e incluso algunos de ellos, ya habían superados dicho umbral. Para el caso de los Países en desarrollo, se enfrentaron a una recuperación más lenta, pero constante, acorde a vuestra deficiencias endémicas. Sin embargo, el contexto geopolítico-económico, gira radical y repentinamente hacia un nuevo escenario, acaecido por la reciente Invasión de Rusia a Ucrania. Dejando a un lado los análisis políticos, la economía mundial sufre un
shock y los efectos negativo recién comienzan a valorizarse.

En respuesta a esta Invasión, los Países Centrales, dieron respuesta con un bloqueo, obturando la economía Rusa. Los puntos
sobresalientes se detallan a continuación:

  • Prohibición las transacciones con el Banco Central de Bielorrusia; y el Banco Central de Rusia
  • La prohibición del acceso al sistema SWIFT (sistema de pagos y movimientos financieros internacional) para siete bancos Rusos y tres Bielorrusos.
  • La prohibición de nuevas inversiones en el sector energía (Ruso).

Estados Unidos y la Unión Europea, a su vez, adoptaron sanciones económicas más rígidas.

  • Prohibieron las transacciones, importaciones y exportaciones de gas.
  • Restricciones al financiamiento de bancos y entidades gubernamentales rusas.
  • Sanciones a 19 bancos y centenar de empresas rusas.

Consecuencias Económicas a Nivel Global

El primer efecto adverso de la Guerra Rusia – Ucrania, es el aumento considerable del gas natural, se encareció hasta un 62% en Europa. El impacto era irremediable: Ucrania y Rusia son grandes productores de hidrocarburos, minerales y cereales, y cumpliendo con la “Ley de la Oferta y la Demanda” a medida que el conflicto escale o las sanciones aumenten, escasea la oferta y provoca una suba de precios generalizada.

En el plano energético, Rusia es responde con el 18% de las exportaciones globales de gas natural, el 14% de las de carbón y el 11,3% de las de petróleo. Es, además, el principal proveedor de Europa, con el 40% del gas natural y el 25% del petróleo, marcando una dependencia que ha llevado a la Unión Europea a excluir la energía de los primeros paquetes de
sanciones. Pero si la guerra se recrudece y la UE se ve obligada a aumentar la tensión, el precio de la energía podría volver a marcar nuevos récords, disparando la inflación y dificultando la recuperación económica de la Unión Comunitaria.

Por si fuera poco, Rusia es un gran productor de materias primas, su peso relativo a escala mundial es considerable, los metales como el níquel, el paladio, el platino o el aluminio. En rigor, pondrá en apuros al sector industrial, que llevan más de dos años luchando contra los efectos de la pandemia. Además, Rusia y Ucrania aportan conjuntamente más de un cuarto de las exportaciones globales de trigo —y más del 70% de las importaciones de Egipto y Turquía—, un quinto de las de maíz y un ochenta por ciento de las de aceite de girasol.

Asimismo, Rusia también domina, junto con Bielorrusia, la producción de varios tipos de fertilizantes, lo que contribuirá al agobio de las cadenas de alimentos globales, en complemento con el recrudecimiento en el aumento de los costos de producción, a partir del aumento de los combustibles. Del mismo modo el precio del trigo ya ha aumentado un 35% desde el
comienzo de la invasión de Ucrania. El Gobierno ucraniano ya ha prohibido la exportación de trigo, avena y otros productos alimenticios para evitar una crisis aún mayor dentro de sus fronteras. Y si Rusia sigue sometiendo por la fuerza la región sureste de Ucrania, la que concentra las plantaciones de trigo del país, muchos agricultores tendrán la imposibilidad
de mantener unos niveles mínimos de producción.

A nivel país, Egipto es el mayor importador de trigo del mundo y el que tiene más peso económico en las exportaciones de Rusia y Ucrania, de donde proviene el 70% del trigo que se consume en el país. Otros Estados de enorme dependencia del trigo ruso y ucraniano, se destacan Azerbaiyán (85% de las importaciones), Turquía (74%), Túnez o Bangladesh (54% en ambos casos).

Para las economías emergentes, muchas de ellas productoras de materias primas, el conflicto significa una mejora de los términos del intercambio. De otro lado, los aumentos en las tasas de interés, complican las posibilidades de colocación y refinanciación de su deuda.

En lo que respecta a Latinoamérica, Rusia exporta más productos, de los que importa, en el año 2021 Rusia, exportó US$11.000 millones a la región, mientras que América Latina le vendió productos por US$8500 millones, la mayor parte de las exportaciones rusas llegan a Brasil y México, las dos mayores economías de la región, y los principales productos que vendió fueron fertilizantes, acero, petróleo refinado y las vacunas Sptunik.

Efectos Económicos para la Argentina

En el corto plazo, experimenta una mejora de términos de intercambio donde las ganancias de los precios agrícolas se compensan parcialmente con los mayores precios del gas proveniente de importación. En el plano nacional, los mayores precios internacionales complican y limitan las políticas de reducción de la inflación.

Las cuentas fiscales pueden tener un fuerte impacto y dependerá de que si el aumento del gasto por las importaciones de GNL y otros combustibles se traslada a tarifas-y en qué proporción-, de cuanto terminen subiendo los precios de los productos agrícolas – a partir de la recaudación por retenciones – y de las eventuales medidas de política economía que pueda
adoptar el gobierno en materia de gastos e impuestos.

Por Mg, Cr. Alvaro Gabas y Jeremias Holle (ISE-FCG UADER)

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