Uno de los requisitos del FMI es que la tasa de interés en pesos sea positiva: el BCRA no lo descarta
El banco Central (BCRA) analiza la primera suba en su tasa de interes luego de mas de un año. La entidad conducida por Miguel Pesce es una de las pocas en mercados emergentes que no optó por subirla en pos de apaciguar los efectos de la inflación, tras la pandemia y la emisión monetaria. “Por lo menos no la bajó, como Erdogan”, decían en un trader, mitad en serio, mitad en broma.
Esta medida se da a partir de las recomendaciones que dio el Fondo Monetario Internacional (FMI) la semana pasada en Washington, entre las que piden que la tasa de interés se ubique en terreno positivo.
Sin embargo, uno de los motivos por el cual el BCRA resiste la suba es el crecimiento de los llamados “pasivos remunerados”. La bola de Leliq, en criollo. Prima de la otrora bola de Lebac. No es un tema menor. La otra, es el efecto recesivo.
«Por cada punto de aumento que aplique a la tasa el BCRA debería pagar unos $43.000 millones mas. Si se sube 18 puntos como lo pediria el FMI, el costo de la deuda y las Leliq crecería $774.000 millones anuales adicionales que ejercerían una presión inflacionaria insoportable», explico dias atras el analista financiero, Christian Buteler.
La tasa de referencia de Argentina se ubica muy por debajo de la inflación interanual: continúa planchada en 38%, con una inflación arriba de 50%. Así, la tasa real es negativa, en aproximadamente 13 puntos.
Así lo explican en GMA: “Actualmente, la recompensa esperada por un ahorrista una vez descontada la inflación proyectada de corto plazo es -8,6% TNA. En otras palabras, $100 colocados a tasa el dia de hoy comprarian bienes por $91,4 (a precios constantes) dentro de un año dadas las expectativas de precios».
Si bien durante las últimas negociaciones de Argentina con el FMI se mencionó que “hubo avances”, también se destacó que serán necesarias más discusiones antes de concretar un acuerdo sobre la deuda. Otra de las cuestiones a las que el FMI se refirió fueron la reducción del déficit fiscal y del financiamiento monetario, junto con una acumulación de reservas y, como se mencionara, una política de tasas de interés positivas.
La suba de tasas “seguramente se analizará a la luz de la inflación de noviembre y el cambio de ritmo devaluatorio que se viene registrando, siempre en el marco de la armonización de tasas que se llevó adelante desde el inicio de la gestión”, dijeron fuente del BCRA a Clarín.
Más allá de que el IPC dio un (leve) respiro con un registro de 2,5%, tener una tasa de interés en pesos debajo de la tasa de devaluación tampoco es aconsejable para, por ejemplo, estimular la liquidación de la fabulosa cosecha de trigo que se terminó de levantar.
Fuente (El economista)