Los manifestantes se preparan para marchar en Bogotá, Medellín (noroeste), Cali (suroeste) y otras capitales del país bajo consignas variopintas: mejores condiciones en salud, educación, seguridad en las regiones, cese de las masacres, entre otras.
Las movilizaciones, que comenzaron contra un proyecto de reforma tributaria que luego Duque retiró, fueron en su mayoría pacíficas, pero en algunas ciudades se tornaron violentas.
De acuerdo a cifras oficiales con corte al lunes, al menos 19 personas murieron, más de 800 quedaron lesionadas y 89 están desaparecidas. Pero ONG aseguran que las víctimas fatales superan las 30 personas y denunciaron un millar de abusos cometidos por las fuerzas de seguridad.
Bogotá vivió una noche de tensión el martes. Treinta civiles y 16 policías quedaron heridos tras los choques con la fuerza pública, según la alcaldía local.
La presión en las calles no cede, ante la vigilancia de la comunidad internacional que denuncia abusos de la policía en las manifestaciones.
La violencia estalló también en Cali el lunes dejando cinco muertos y una treintena de lesionados.
Además de las movilizaciones y disturbios se suman bloqueos en vías que conectan a Colombia. Algunas ciudades como Cali registran desabastecimiento de combustible y preocupación por el paso de camiones con insumos médicos en plena pandemia por el coronavirus.
El presidente Iván Duque aseguró que abrirá «espacios de diálogo» para escuchar a todos los sectores, sin precisar cómo se realizarán estos acercamientos.
Ante las críticas de abuso policial, el mandatario respaldó a la fuerza pública a quien considera la principal víctima de ataques.
Con la popularidad en baja (33%), Duque ha enfrentado masivas protestas desde 2019. La pandemia avivó el descontento en un país que sufre más de medio siglo de conflicto armado.
Fuente: www.ambito.com
