El horno cambiario no está para bollos. Por eso, que el BCRA compre divisas y encima le queden en las reservas es una gran noticia.
Al cabo casi de los primeros cinco meses del año el BCRA ha logrado recuperar más de u$s2.000 millones de reservas. Según el último dato oficial el stock de reservas brutas asciende a u$s41.591 millones. Esto fue posible gracias a las fuertes compras del período marzo-mayo que hasta el momento suman más de u$s4.540 millones, aproximadamente unos u$s1.500 millones promedio por mes.
Pero quizás el dato más alentador es que, en lo que va de mayo, ahora al BCRA le quedan en las reservas dos de cada tres dólares que compra. Porque salvo en enero cuando las pocas reservas compradas (u$s157 millones) quedaron casi por completo en el BCRA (u$s128 millones) y en febrero donde prácticamente de los u$s633 millones adquiridos no quedó un dólar (solo u$s3 millones), el resto de los meses si bien el BCRA fue comprando divisas al final del día no quedaban tantas.
Por ejemplo, en marzo el Banco Central compró u$s1.476 millones pero las reservas brutas apenas crecieron u$s75 millones, o sea, solo un 5% le quedaba al ente monetario. Luego en abril, las compras también se mantuvieron elevadas en u$s1.373 millones pero solo quedaron en el BCRA unos u$s669 millones, es decir, un 49%. Sin duda mejoró bastante ya que aproximadamente la mitad de lo que compraba en el mercado pasaba a ingresar al stock de las reservas.
Pero dados los desafíos por delante, como los vencimientos con FMI y Club de París principalmente, no solo era importante que el Banco Central comprara reservas, lo que en realidad era la condición necesaria para poder sobrellevar lo que resta del año, sino que también era preciso confirmar que gran parte de las reservas compradas quedaran en las arcas del BCRA, y así cumplir con la otra condición, la suficiente.
Ahora en las primeras tres semanas del mes (último dato oficial día 18) el BCRA ya acumula compras por u$s1.691 millones y el stock de reservas brutas muestra un aumento de u$s1.113 millones, de modo que le queda dos tercios (un 66%) de lo que compra. No es un dato menor. Es quizás el más relevante dadas las actuales circunstancias. Porque sencillamente una parte del drenaje de reservas se va seguramente para el pago de las ansiadas vacunas y demás productos vinculados con la pandemia. Por lo que tener dólares contantes y sonantes hoy es clave, más allá de otras variables sensibles como la inflación.
La anemia de reservas y dólares, contracara del cepo, las restricciones y la brecha, genera la imperiosa necesidad de recomponer el stock de reservas del BCRA. Por eso es importante la mejora de mayo porque además de aumentar el stock bruto lo que hay que destacar es el incremento del stock de reservas líquidas que hasta hace poco eran negativas. Vale recordar que del stock bruto debe restarse el swap con China y con el BIS, los encajes bancarios en dólares y los depósitos del Gobierno. Así se tienen el stock de reservas netas, o propias del BCRA que rondaban los u$s6.000/u$s6.500 millones y que eran básicamente las tenencias de oro y de DEG.
Ahora con las últimas compras de divisas el stock de reservas líquidas, es decir, restando el oro y los DEG, quedando así los dólares contantes y sonantes, volvieron a ser positivas. O sea, hay dólares para afrontar pagos o compromisos. Hoy se estima que las reservas líquidas rondan los u$s2.600 millones, según proyecciones de Quantum y de IEB.
Y como se perfilan los precios internacionales de los granos y el nivel de liquidación de los agroexportadores hay expectativas que tanto junio como julio el BCRA siga recuperando reservas. Lo que es fundamental para lo que viene antes y después de las elecciones.
Fuente (Ambito)